Esta es la última vez que Benedicto XVI se asomará a la ventana de los Papas para dirigir el ángelus como Sucesor de Pedro. Para acompañarle y despedirle han llegado hasta la plaza de San Pedro y los alrededores del Vaticano unos 200 mil peregrinos que con pancartas agradecían a Benedicto XVI sus casi ocho años al frente de la Iglesia.
“El Señor me pide que “suba a una montaña” para dedicarme aún más a la oración y a la meditación. Pero esto no significa abandonar a la Iglesia. Es más, si Dios me pide esto es precisamente para poder seguir sirviéndola con la misma dedicación y el mismo amor con el que lo he hecho hasta ahora, pero de un modo más adecuado a mi edad y a mis fuerzas”, Benedicto XVI.
Fuertes aplausos interrumpieron en varias ocasiones el discurso de Benedicto XVI y antes de terminar el Papa volvió a agradecer la cercanía y el apoyo que ha recibido en los últimos días de su pontificado. Por eso, sus últimas palabras fueron este emocionado saludo.