Fernando Escallón sacó tiempo del que le dejaba la administración de sus empresas para promover, en asocio con algunos de sus amigos, varios colegios y de centros de formación sin fin de lucro, localizados en todas las ciudades importantes del país. Y esto para crear un espacio para que los padres de familia, que buscan para sus hijos una educación cristiana que prolongue los principios recibidos en el hogar, encuentren una respuesta.
Varias de estas actividades, promovidas y codirigidas por los mismos padres. Algunos de estos colegios fueron amplia y generosamente subsidiados por Fernando desde sus comienzos.