Padre vamos a cantarle un vallenato

Monseñor Fernando Ocáriz visitó Colombia con su afán apostólico y también para celebrar los 50 años del viaje que hizo San Josemaría por Latinoamérica.

Cuando les dieron a conocer la noticia de la visita de Monseñor Fernando Ocáriz a Colombia, en el Centro Las Palmas de Bucaramanga, de inmediato, un grupo de entusiastas santandereanos comenzaron a organizar planes para el viaje hasta Bogotá, pero también, con la generosidad que caracteriza a los habitantes de esta región pensaron en un regalo para el Padre, luego de muchas propuestas, pensaron que lo mejor sería cantarle una canción.

En una y otra reunión con el acordeonero, el cajero, el de la guacharaca y el cantante iban y venían temas del famoso ritmo de la costa Atlántica de Colombia. De pronto votaron por “Esta vida”, un tema escrito por los mexicanos Jaime Flores, Luis Carlos Monroy y Raúl Ornelas, pero famoso en la voz del guajiro Jorge Celedón. Con esa canción le demostrarían su cariño al Prelado del Opus Dei.

La cita quedó concertada para el 13 de agosto donde habría una reunión con unos 400 jóvenes de diversas partes del país. Su plan consistió en viajar desde el día anterior, instalar equipos y hacer un nuevo ensayo en el lugar de la reunión: la biblioteca del Gimnasio de los Cerros, al norte de Bogotá. Se ubicaron cerca del enorme ventanal desde el cual se divisa buena parte de la ciudad y realizaron varios ensayos. Algo de nerviosismo pero la emoción de presentarle un vallenato al Padre superó cualquier otro obstáculo.

En medio de la tertulia, el Padre que había visto los instrumentos quiso que todos escucharan una canción. Alguien le pasó una carpeta donde podía seguir la letra y escuchó atentamente cada uno de los párrafos.

“Me gusta el olor que tiene la mañana
Me gusta el primer traguito de café
Sentir como el Sol se asoma en mi ventana
Y me llena la mirada de un hermoso amanecer”

Como se trató de un tema muy popular, los asistentes también cantaron a voz en cuello los estribillos y aquella reunión se convirtió en un gran concierto vallenato.

Estaban allí jóvenes estudiantes de secundaria, otros universitarios, unos más profesionales recién graduados, que llegaron de Barranquilla, Bucaramanga, Cali, Manizales, Medellín, Ibagué y desde luego de Bogotá.

Para Daniel era un momento para la historia. “Con el paso de los años podré decirles a mis familiares y amigos que estuve en una tertulia con el Padre, que lo conocí y que escuché sus consejos”, dijo entusiasmado.

Juan Miguel asiste a los medios de formación que imparte el Opus Dei en Timonel, en Medellín; su ilusión de oír al Padre aumentó a cada instante.

Juan Pablo, recién egresado como abogado de la Universidad de La Sabana, comentó que para él, la tertulia con monseñor Fernando Ocáriz, representaba un hecho importante, inolvidable para su vida. “Pedí permiso en el trabajo, aplacé unas entrevistas, pero vale la pena estar acá”, dijo.

Aunque la reunión era a las 4 de la tarde, desde muy temprano muchos estuvieron presentes para buscar una excelente ubicación en la tertulia.

Ustedes –les dijo el Padre, participan unos más, otros menos, en las diversas actividades que adelanta la Obra en Colombia. Lo importante es recordar la vida cristiana, el Evangelio, que todo va encaminado a algo muy personal, a conocer y amar a Jesucristo. Así se debe enfocar la vida cristiana, a cumplir los mandamientos de la ley de Dios, a ir a misa los domingos, a conocer y tratar a Jesucristo, así como lo enseñó san Josemaría debemos enfocar nuestra vida en relación a Dios, visible en Jesucristo”.

Monseñor Fernando Ocáriz visitó Colombia con su afán apostólico y también para celebrar los 50 años del viaje que hizo San Josemaría por Latinoamérica.

El Padre escuchó las preguntas de los jóvenes que participan en las labores de San Rafael, quienes le comentaron aspectos de su vida, así mismo le pidieron consejo sobre la vida, el amor a Dios, el celibato apostólico, el matrimonio y la formación cristiana.

Daniel Téllez, de Valledupar, preguntó, por ejemplo, “¿cómo se puede confiar más en Dios sabiendo que somos tan débiles?”

--“Es normal sentir una inseguridad, una propia debilidad, pero a la vez, algo que se nos presenta la llamada a ser generosos; es bueno pedir consejo, de alguien que nos oriente, pero debemos tener presente siempre, que Dios está con nosotros. El Señor no nos manda un ángel para que nos diga qué debemos hacer, Él nos respeta nuestra libertad. Él quiere que lo superemos con libertad, con los consejos oportunos, que es posible, a pesar de las circunstancias, por eso debemos pedir luz al Señor, su gracia, y de parte de nosotros, fuerza de generosidad”.

¿Cómo debe ser nuestro apostolado?, también le preguntaron.

Lo más importante es el trato personal, a todos los niveles, con amistad, incluso puedes hacer amigos que piensan distinto, de pronto que no sean católicas, pero hay que ir transmitiendo lo que llevas dentro, ahí vas sembrando una semilla en el corazón de ellos, además, con el ejemplo y la oración por esas personas, se les ayuda. Hay que tener cariño con todos”, dijo.

Hay que enseñar que siempre hay que estar contentos a pesar de las dificultades. Es necesario recordar aspectos de la vida cristiana, la lectura del Evangelio: que todo va encaminado a algo muy personal, a conocer y amar a Jesucristo; así se debe enfocar la vida cristiana, a cumplir los mandamientos de la Ley de Dios, a ir a misa los domingos, conocer y tratar a Jesucristo. San Josemaría resumía todo ese empeño de la vida cristiana en tratar y amar a Jesucristo; enfocar nuestra vida en relación a Dios que es visible con Jesucristo”, comentó.

Toda esta formación que recibimos no sólo es para cada uno de nosotros (…) Dios nos sostiene y nos perdona siempre y nos da el gran sentido de nuestra vida para transmitir a los demás: ser apóstol. Todos estamos llamados a transmitir ese conocer y amar a Jesucristo,”.

--Padre, dijo Juan Miguel. Vengo de Medellín, soy el quinto de cinco hijos, hijo de supernumerarios. A lo largo de estos años en el Club Timonel tengo recuerdos inolvidables como una convivencia con jóvenes de la Obra, los partidos de la Selección Colombia, las obras sociales que adelantamos…,

--“Debemos tener disponibilidad para sacar tiempo para tener amor a Jesucristo, tener un plan de vida, con tiempos de oración; toda la fuerza de la Eucaristía, en cada Misa, está presente la salvación del mundo, que se nos da cada día. Cada empeño para sacar adelante la lucha espiritual. Aunque tengamos defectos, con esa fuerza, podemos ayudar a los demás”.

John Daniel le contó que venía del Centro Cultural y Deportivo Monteverde y narró su experiencia de cómo allí tuvo la conversión de su vida, recibió los sacramentos del Bautismo y luego de la Eucaristía.

Lo primero que debemos tener es agradecimiento por esas gracias, pero debemos llevar a la oración toda nuestra vida para conocer todavía más al Señor. El próximo sacramento de la Confirmación, ayudará aún más. Luego con la Eucaristía nos contribuye al progreso espiritual”, le dijo.

Así les habló el Padre a los jóvenes que se hicieron presentes en esta tertulia que tuvo tiempo también para las famosas “selfies” y hasta para firmar camisetas de los equipos preferidos de los amantes del fútbol.

El Padre les pidió de nuevo una canción y el coro esta vez fue más fuerte:

Ay, qué bonita es esta vida
Aunque a veces duela tanto y a pesar de los pesares
Siempre hay alguien que nos quiere
Siempre hay alguien que nos cuida.