Al responder a un conocido periodista deportivo bogotano, sobre si él podía santificarse con su profesión, el Padre dijo: Desde luego, todos podemos alcanzarla a pesar de nuestra debilidades.

Mirad, el Señor ha venido a este mundo y tomó nuestra naturaleza humana para recorrer los caminos de los hombres, y es formidable verle dar su amor a las gentes más pobres, a los trabajadores, a la gente también con medios económicos, porque ha venido a la tierra para decirnos que todos estamos llamados a la santidad; no es una utopía, no es algo que sólo tengan que conseguir el Papa, los Obispos, los sacerdotes y religiosos; no, El ha dicho: todos están llamados a la santidad, porque nos quiere con esas entrañas de misericordia y porque ha venido a la tierra para que todos tengamos participación en su vida.

A mí me da mucha alegría deciros que el Opus Dei tiene como finalidad el difundir en el mundo entero que cada uno puede ser santo allí donde se encuentra, el ama de casa en la familia, el trabajador en su trabajo, el político en su acción política, el economista… todos están llamados a la santidad (…) Hay gente que equivocadamente difunde que el Opus Dei es para gente rica; es una simpleza de una categoría asombrosa, el Opus Dei es para todo el mundo.