Por José del Carmen Ortega
El jueves 8 de febrero de 2024 murió en Medellín Alberto Delgado Cardona, a 2 meses de cumplir 101 años. Su funeral fue el sábado 10 de febrero., coincidiendo con la fecha de la carta pastoral de monseñor Fernando Ocáriz, Prelado del Opus Dei, sobre la obediencia.
Bien vividos y cargados de ejecutorias familiares, profesionales y de servicio a muchísimas personas. Su carrera en la banca la inició después de cursar 5 años de medicina en la Universidad de Antioquia, cuando sobrevino un cambio de sus circunstancias personales en 1945, y su novia Catalina Gómez -que luego sería su esposa- lo enrutó, gracias a su dominio de los idiomas inglés y francés, hacia un banco recientemente fundado en Medellín llamado Banco Industrial Colombiano, BIC, luego fusionado con otras entidades y que hoy es Bancolombia.
Alberto tuvo una de las carreras bancarias más prolongadas en Colombia, con algunas interrupciones en otras empresas; 48 años en el BIC, el Banco del Estado y el Banco Popular, del que se retiró en el 2005. Participó en la creación de la Asociación Bancaria Colombiana y en las misiones internacionales de la Alianza para el Progreso, en la década de 1960.
La familia vivió, entre 1973 y 1975, en Pamplona, España. Alberto trabajó en la Universidad de Navarra donde ayudó a crear un fondo patrimonial para asegurar la sostenibilidad de la Universidad, aportándole su experiencia de otro fondo similar, de la Universidad de Antioquia. Aunque pronto la familia tuvo que regresar a Medellín a causa de la enfermedad de su esposa.
El 21 de mayo de 1967, solicitó la Admisión como Supernumerario en Medellín. Participó activamente en la creación de los colegios Los Pinares y Los Alcázares; la Asociación de Amigos de la Universidad de La Sabana; la corporación Precirte para la prensa, la radio y la televisión; y la Corporación ProEducar que tuvo a su cargo los centros culturales en Medellín y la casa de retiros Guaycoral, en La Ceja, Antioquia.
Alberto conoció directamente a San Josemaría, el fundador del Opus Dei y tuvo una cercanía particular con el Beato Álvaro del Portillo, quien lo apreció con muestras especiales de deferencia. Por más de 43 años Alberto impulsó en Medellín una tertulia de amigos y las actividades apostólicas habituales en los centros de la Obra.
Hizo un intenso apostolado con sus amigos y con sus compañeros de trabajo. Era uno de los Supernumerarios con mayor tiempo en la Obra en Colombia. Aconsejaba que el hogar de un Supernumerario debe ser CLA: cristiano, Luminoso y Alegre.
Ante la insistencia de sus nietos, escribió el libro Recuerdos de Familia; otro libro suyo fue Aprender a Envejecer, fruto de sus años de existencia, que luego actualizó bajo el título: 99 años de experiencia, listo para su edición en formato digital. También grabó en el podcast 80 / 20, en la plataforma Spotify, un testimonio personal y profundo acerca de los talentos de sus amigos empresarios antioqueños.
Así fue su vida y en eso coincidió con lo expresado en la reciente Carta Pastoral del Prelado: “hemos de vivir y trabajar siempre llenos de agradecimiento por la vocación cristiana en la Obra, promoviendo las riquezas de cada uno y de cada una para trabajar todos en equipo y en familia”.
El último día en la Clínica Medellín, preguntó a sus hijos María Patricia y José Santiago Delgado Gómez, que estaban a su lado: - ¿Ya me puedo ir? -Claro, papá. Cinco minutos después se quedó dormido. Así dejó este mundo.