Retiro de diciembre #Encasa

A continuación encontrarás el material para que puedas hacer el retiro mensual en tu casa. Recordemos rezar por los que más sufren en esta pandemia.

20/12/2020

1. Meditación I: Vivir el Adviento
2. Lectura espiritual: Chile, el lugar de encuentro que queremos
3. Examen
4. Rosario
5. Meditación II: Fratelli tutti: Amistad y paz social
6. Santa Misa: links para unirnos a la celebración de la Santa Misa

1. Meditación I: Vivir el Adviento

2. Lectura espiritual: Chile, el lugar de encuentro que queremos

La invitación es a rezar por nuestro país y a realizar un esfuerzo personal por cuidar la “amistad cívica”. Es el camino empinado que recorrer para alcanzar la deseable paz social. Te invitamos a leer el texto aquí y a escuchar la lectura espiritual.

3. Examen

En presencia de Dios, considera despacio estas preguntas.

¿Doy gracias a Dios por el don de la filiación divina? ¿Trato a Dios como un Padre lleno de Amor misericordioso, que ha enviado a su Hijo para salvarnos? ¿Trato al Espíritu Santo para que crezca mi vida de hijo, de hija, de Dios? ¿Manifiesto mi alegría en la caridad con que trato a los demás?
¿Pido a Jesucristo que me ayude a dirigirme a Dios Padre con plena confianza? ¿Contemplo en sus palabras y en sus obras el modelo de mi santidad? ¿Sé transmitir a los demás con mi vida lo que dijo Jesús: “Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros, permaneced en mi amor” (Jn 15, 9)?
“Todos los que sean guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios (Rm 8,14). ¿Acudo al Espíritu Santo para llamar con confianza a mi Padre Dios?
¿Leo y medito diariamente el Santo Evangelio? En mi oración, ¿intento meterme en la narración evangélica, como un personaje más, y confrontar mi vida con la del Señor? ¿Enseño a leer el Evangelio a mis amigos?
¿Me admiro al pensar en los años de vida oculta del Señor, que iluminan mi quehacer cristiano corriente en medio del mundo? ¿Me doy cuenta de que el trabajo escondido de Jesucristo es una llamada a vivir cara a Dios, con alegría y generosidad?
¿Estoy dispuesto a cumplir en todo, como Jesucristo, la voluntad de nuestro Padre Dios que desea lo mejor para mí? ¿He dado al Señor mi corazón por entero? ¿Hay algo que no responde a mi condición de cristiano y que impide que esté más cerca de Dios?
Los Hechos de los Apóstoles dicen que Jesús “pasó haciendo el bien” (Hch 10, 38). ¿Procuro tratar bien a los demás, terminar mi trabajo con perfección y ser agradecido?
Cuando advierto mis errores, ¿pido perdón a Dios y, de su mano, comienzo de nuevo?
La Santísima Virgen exclama en el Magnificat: “Proclama mi alma las grandezas del Señor, y se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador” (Lc 1, 46-47). ¿Vivo el Adviento como tiempo de preparación alegre a la venida del Señor?
“Y vinieron presurosos y encontraron a María y a José y al Niño reclinado en el pesebre” (Lc 2, 16). ¿Pongo los medios para lograr un ambiente de preparación para la Navidad en mi hogar? ¿Aprovecho el pesebre que tengo en casa para recordar a quienes nos visitan, el sentido cristiano de estas fiestas? ¿No sería posible proponer que pongan uno en mi lugar de trabajo, en los establecimientos que frecuento, en el colegio de mis hijos, etc.?
¿Pido a María, Madre de Jesús y Madre nuestra, que me ayude a purificar mi corazón, para vivir alegremente la Navidad?

4. Rosario