Tres emprendedoras power para conmemorar el Día de la Mujer

Ante distintas necesidades decidieron ser agentes de cambio y levantar iniciativas que les transformaron la vida a ellas y a otras mujeres. Te invitamos a conocer la historia de Paola, Antonia y Javiera.

Confecciones Paola, de Paola Landeros (42 años)

Gracias a un curso de la Fundación Nocedal, Paola logró emprender y dar trabajo a otras mujeres
Gracias a un curso de la Fundación Nocedal, Paola logró emprender y dar trabajo a otras mujeres

Hace diez años no sabía coser y no tenía máquina. En 2012 la Fundación Nocedal junto al SENCE hizo un curso de confección que duraba un semestre y, al cuarto mes nos dijeron que a todos los que teníamos cierto porcentaje de asistencia nos iban a regalar una máquina de coser. En marzo del año siguiente empecé a hacer corbatines del uniforme del colegio de mi hija para vender en su curso. Me fue bien. Recuerdo que mi primera inversión fue de diez mil pesos: con eso empecé a trabajar y compré materiales, y así fue creciendo mi emprendimiento. Después tomé otros cursos de corte y confección, y aprendí a hacer overoles, buzos y ropa de colegio para mis hijos. Las otras mamás me pidieron si podía hacerles a sus hijos también y fui vendiendo, conociendo gente, aprendí dónde ir a comprar telas mejores y a organizarme. A los dos años del primer curso ya tenía mi clientela. Entonces conseguí recursos FOSIS, me compré otra máquina y empecé a hacer todos los uniformes de educación física de dos colegios de la Fundación Nocedal.

Este trabajo era ideal porque podía estar en la casa y acompañar a los niños con el colegio, estar más cerca de ellos, ir a las reuniones y actividades. Eso es lo bueno de ser independiente. Antes trabajaba atendiendo una verdulería y salía de mi casa a las 8:00 de la mañana y volvía de noche, alrededor de las 21:00 horas por lo que no veía a mis hijos en todo el día. La costura cambió mi ritmo de vida.

Han pasado los años y he mejorado mis máquinas, tengo unas industriales, sigo aprendiendo y también dando trabajo a más mujeres. Hoy somos cinco, una cadena de mujeres, y hacemos uniformes de los colegios Nocedal y Almendral de La Pintana y Trigales del Maipo de Puente Alto.

Facebook: Paola Confecciones

FUNDACIÓN MAISHA, co-fundada por Antonia Villablanca (30 años)

Antonia proporciona acompañamiento a embarazadas en situación de vulnerabilidad en África
Antonia proporciona acompañamiento a embarazadas en situación de vulnerabilidad en África


Maisha surgió a raíz de un viaje a Kenia que hicimos en 2015 con Fernanda Almarza (29 años) a un voluntariado en un hospital de cáncer. Ahí conocimos a Domitila Ayot, una señora keniana de Kibera, que es donde hoy día trabajamos. Ella llevaba un proyecto de acompañamiento a embarazadas con algún tipo de crisis. La mayoría eran madres solteras o que venían de realidades muy duras: las habían echado de la casa, no tenían donde vivir, etc. Domitila les daba apoyo emocional y conseguía algunas donaciones para ayudarlas. Cuando ella nos conoció y supo que éramos enfermeras matronas -estábamos estudiando en la Universidad Católica en ese entonces- y que estábamos relacionadas con la salud de la mujer, nos preguntó si nos podríamos asociar de alguna manera. Por eso, cuando volvimos a Chile nos juntamos con dos médicos -Wenceslao Zegers y Sebastián Frías- y con un ingeniero, Julián Álvarez. Entre los cinco creamos lo que es hoy día la Fundación Maisha, siempre en contacto con Domitila y el equipo local.

Lo que nos motivó a formar esto fue ver la necesidad patente de la realidad de la mujer allá. Era muy conmovedor. Con la Fernanda nos tocó trabajar en los hospitales, en los sectores de maternidad, y era muy impactante ver lo sola que está la mujer, tanto en el embarazo, como en el parto y el posparto. A la vez, encontramos muy bonita la labor de Domitila, pero sabíamos que este acompañamiento podía ser incluso mejor, más integral, de mayor calidad.

Lo que más nos impacta hoy en la Fundación, luego de todo este crecimiento, es darnos cuenta que el acompañamiento que se les brinda a las mamás realmente les transforma la vida. Porque el programa va mucho más allá de darles algo material o que asistan a un taller: se sienten mucho más preparadas, con más herramientas y con una red de apoyo mucho más sólida. Realmente les cambia la visión de su maternidad y, para mí, ese es el impacto más grande. Ver a lo largo de todos estos años cómo hemos ido aumentando y mejorando ese acompañamiento, ha sido gratificante.

Web: www.fundacionmaisha.com

Instagram: @fundacionmaisha

DILA THE BRAND, de Javiera Martin (26 años)

Javiera, a la derecha de la foto, es la creadora de una marca de trajes de baño con una tecnología que se adapta a cada cuerpo y contribuye a mejorar la autoestima de la mujer

Toda la vida he usado traje de baño entero porque encuentro que estiliza el cuerpo de la mujer y uno se ve más elegante. Cuando yo era chica los trajes de baño eran fomes, aburridos, feos. Entré a estudiar diseño en la universidad y para mi proyecto de título en 2019 la oferta de esta prenda se había enriquecido en Chile, estaban más de moda y había propuestas más lindas. A raíz de eso, comencé una investigación más profunda del cuerpo de la mujer y del mercado del traje de baño en el país. Descubrí a nivel estadístico que los cuerpos son asimétricos en el busto y las caderas, y decidí innovar con un traje de baño entero, pero que está conformado por dos piezas, que son intercambiables tanto para mezclar tallas como estilos. Así, se puede tener de parte de arriba una talla M y abajo una L, dependiendo del cuerpo de cada una, con una unión que pasa desapercibida. Esto abre un mundo de posibilidades a las mujeres que sufren al no encontrar un traje entero que les calce correctamente, porque con un bikini eso es más solucionable.

Gracias a mi proyecto de título conseguí financiamiento de la universidad y pude patentarlo. Y, con esa patente adjudicarme dos fondos de CORFO que me ha permitido montar todo lo que es “DILA the brand" en muy poco tiempo, con ventas formales oficiales, página web, showroom, etc.

Es impresionante que algo tan cotidiano o común, como un traje de baño, puede impactar, inspirar o aportar en la vida de las mujeres, empoderándolas y ayudándolas en su autoestima, porque encuentran algo hecho y diseñado para sus cuerpos, lo que también les ayuda en la aceptación del propio yo, el sentirse femeninas, lindas, alegres. También valoro el impacto que uno puede generar a través del proceso de desarrollo de esa prenda, con toda la gente con la que uno se relaciona y el equipo con el que trabajo. Me gusta hacer las cosas chicas con cariño y usar los talentos que Dios me dio. Además, puedo aportar en mejorar la calidad de vida de las personas que están trabajando conmigo, con esta misión más grande que hacer prendas que siguen tendencias y venden. Nosotras vamos un paso más allá; queremos comunicar nuestra identidad: somos mujeres que están trabajando para mujeres.

DILA se unió a una campaña de Palpa, con trajes de baño especiales para quienes han padecido cáncer de mama y tienen masectomía o prótesis. Con la venta de estos modelos se pretende ayudar a difundir el autoexamen, promoviendo la detección temprana de cáncer de mama y, para eso, con cada venta se donó un dispositivo Palpa a mujeres en zonas periféricas de nuestro país.