Las 28 familias que participaron el sábado 30 de abril en las misiones familiares en Melipilla, partieron cargadas: llevaban rosarios, estampas con oraciones, boletines de San Josemaría HOY y botellitas de agua bendita para entregar en un stand en la feria de esa localidad. El padre José Antonio Costabal, párroco de la parroquia Santa Teresa de Jesús de Los Andes quería reactivar a la comunidad para que acudiera a la iglesia y participara después de tanto tiempo cerrada por la pandemia. Francisco Morales, del grupo “Amigos de Jesús”, fue el encargado de instalar el stand de la parroquia; llegó a las 7:00 am a la feria, pero no lo encontró como lo habían planeado; sin embargo pensó que “ahí estaba Jesús, como en el Evangelio, con el brasero encendido con todo preparado”. Boris, vendedor de lechugas, prestó el espacio necesario, otro puso un toldo y las familias salieron al encuentro de la comunidad.

El párroco José Antonio Costabal quería reactivar a la comunidad para que acudiera a la iglesia y participara después de tanto tiempo cerrada por la pandemia.
“Nos damos cuenta que Él siempre está con nosotros. Era hermoso ver cómo las personas acudían con hambre de oír y hablar de Dios”, agregó Francisco. Así también lo destacó Tere, una de las organizadoras de las misiones: “A pesar de los imprevistos, Dios siempre tiene un plan B, y todo resulta mejor de lo esperado”.

La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino. Papa Francisco, Evangelii Gaudium.
Las familias se dividieron en grupo para ir al encuentro de otras familias, en sus casas, en la feria, en la parroquia: les hablaron del cariño que tiene Jesús por ellos, que no están solos y sobre todo, pasaron tiempo escuchando las necesidades y preocupaciones de cada uno. “Esta iniciativa nos ayudó a acercarnos a Dios en familia y a que nuestros niños entiendan el valor de entregarse a los demás”, señaló Andrea Miranda, mamá del colegio.

En el WhatsApp “misiones familiares 2022” había una conclusión en común, se veía la soledad y la necesidad de escucharse después de tanto tiempo; de volver a la parroquia, acudir a los sacramentos y acercarse a Dios.
Samuel (20 años) que se sumó a esta iniciativa junto a su familia y polola concluye: “Fue un encuentro con Cristo, real, donde familias, incluso de diferentes culturas, se unieron por un objetivo común: dar tiempo a los demás”.


Los lazos continúan
El acompañamiento no solo queda en una jornada, porque jueves por medio un grupo de mamás del mismo colegio va a Melipilla y realizan los talleres “Luz y alegría” a mujeres de la parroquia. A través de la oración y el desarrollo de actividades manuales, van estrechando lazos y sembrando la semilla de la fe.

