Descarga el PDF San Josemaría HOY 2022 - 2023 y revisa la webstorie Protagonistas de la paz.
El vicario del Opus Dei en Chile, pbro. Álvaro Palacios, señala en la presentación del número de este año que “para llevar la serenidad a los demás, hemos de recorrer el camino de Jesucristo. Él es nuestra paz”.
Mujeres y hombres de Dios
“Un secreto. –Un secreto, a voces: estas crisis mundiales son crisis de santos. “–Dios quiere un puñado de hombres «suyos» en cada actividad humana. –Después... «pax Christi in regno Christi» –la paz de Cristo en el reino de Cristo” (Camino,301). San Josemaría escribe este punto en 1938 durante la guerra civil española, en la ciudad de Burgos a la que llega después de cruzar los Pirineos. El fundador y los catorce jóvenes que formaban el Opus Dei sufrieron en carne propia el flagelo del conflicto de 1936 a 1939.
En esas circunstancias, él tenía la certeza de que las mujeres y los hombres de Dios son la solución: instrumentos de su paz en este mundo nuestro. Para eso, por una parte, se necesita la “lucha ascética, íntima, que cada cristiano debe sostener contra todo lo que, en su vida, no es de Dios” (Es Cristo que pasa, 73). Y, por otro lado, “ser a la medida del amor del Corazón de Cristo”, es decir, personas que reaccionan ante las tribulaciones e injusticias, esforzándonos por aliviarlas (cfr. Ibid., 167).
Para llevar la serenidad a los demás, hemos de recorrer el camino de Jesucristo. Él es nuestra paz. Sólo conociéndole cada día más a través del Evangelio, y tratándole en la oración y la Eucaristía, podremos salir al mundo con la seguridad profunda que nos da el sabernos amados por Dios y mirando a los demás desde este Amor, como Él mira a cada persona. De algún modo así seremos verdaderos hijos de Dios en medio de cualquier circunstancia, llevando su paz por todos los caminos que nos toque recorrer.
Estamos viviendo la guerra en Ucrania y en tantos otros lugares domina la violencia. El Papa Francisco pidió a los fieles en su mensaje Urbi et orbi de Pascua de Resurrección, “escuchar el grito de paz”: “por favor –suplicó–, no nos acostumbremos a la guerra, comprometámonos a pedir la paz”. Recemos con fuerza, unidos a la intención del Santo Padre, y seamos sembradores de paz y de alegría en todos los ambientes donde nos encontremos.
Por voluntad del Señor, la Santísima Virgen es la principal aliada para que lleguemos a ser otros Cristos, única gran conquista que trae consigo la paz verdadera. Por eso, el fundador dedicó a Santa María de la Paz –ruega por nosotros– la iglesia prelaticia donde se encuentra el corazón de la Obra.
Pbro. Álvaro Palacios, vicario del Opus Dei en Chile