La Iglesia y los sindicatos: el aporte de San Juan Pablo II

El sacerdote Juan Carranza presentó la obra "San Juan Pablo II para sindicalistas" en la Feria del Libro de Buenos Aires. En un auditorio repleto de trabajadores y miembros de sindicatos de Santa Fe y Buenos Aires, explicó que las enseñanzas de san Juan Pablo II sobre el trabajo son un faro para comprender la vocación de servicio de los sindicatos y su rol como protagonistas en la búsqueda de la justicia social y del bien común.

Juan Carranza, nació en 1981, en la ciudad de Rosario, entre leprosos & canallas, y aunque no suele ir a la cancha, desde muy chico vive el fútbol como una pasión. Entre distintos relatos a lo largo de la conversación, destaca con admiración la historia de su bisabuelo, un gondolero veneciano que desafió las adversidades para construir una nueva vida en Argentina, y encuentra en este legado familiar la certeza de que el trabajo es el pilar que da sentido y propósito a nuestras vidas.

Inspirado por el mensaje de san Josemaría, tras estudiar Administración de Empresas, sintió la llamada de Dios para seguir la vocación sacerdotal, y en 2011 fue ordenado en Roma. Doce años después, acompañado por miembros de sindicatos de Santa Fe y Buenos Aires, presenta su libro sobre el pensamiento de san Juan Pablo II sobre los sindicatos que es fruto de su tesis doctoral Una redefinición sindical según Juan Pablo II. Nuevas perspectivas, defendida en Roma por la Pontificia Universidad de la Santa Cruz, en mayo de 2012.

Aunque el desconocimiento lo llevó a no entender a fondo el rol de los sindicatos, estas organizaciones siempre llamaron su atención. Fue a través de las enseñanzas de san Juan Pablo II sobre el trabajo donde encontró claridad y su perspectiva dio un giro significativo: descubrió la misión de servicio que tienen estas organizaciones como protagonistas en la búsqueda de la justicia social y del bien común.

1) ¿Por qué un sacerdote escribiría un libro sobre sindicatos?

Todo surgió de una dicotomía interna que sentía entre las enseñanzas del Papa San Juan Pablo II sobre los sindicatos, mis estudios universitarios en Administración de Empresas y desconocimiento sobre lo que verdaderamente son los sindicatos. Mientras cursaba mi carrera y analizaba los grupos de interés dentro de una organización, veía a los sindicatos como un obstáculo y me cuestionaba por qué el Santo Padre hablaba tan bien de ellos. En el camino, descubrí que los líderes sindicales y los empresarios, sedientos de la palabra de Cristo, encuentran en los escritos del Papa polaco un nuevo horizonte en el que apoyarse para generar una transformación en la sociedad. "¿Vos podés estar acá?", me preguntaron recientemente cuando presenté mi tesis en un sindicato santafesino. Y les respondí, retrucando la pregunta: "¿Por qué no?". El cristiano está llamado a santificarse en todas las realidades de la vida cotidiana, entre ellas en los sindicatos. Además, la Iglesia tiene mucho que aportar en estos ámbitos, especialmente a través de sus enseñanzas y en particular de todo lo que investigué del Papa Juan Pablo II.

2) ¿De qué manera puede inspirar la vida de San Juan Pablo II a los sindicatos?

San Juan Pablo II fue un Papa "obrero", con todas las letras. Su trabajo durante cuatro años picando piedra en una cantera, a veces a treinta grados bajo cero, y luego en la sección de depuración de agua de una fábrica, lo llevó a reflexionar sobre el significado mismo del trabajo: no es una maldición, como algunos sostienen, sino una "participación en la creatividad de Dios". El 19 de marzo de 1982, ya siendo Sumo Pontífice, visitó las instalaciones de una empresa y comentó que él había sido "uno de ustedes", refiriéndose a los trabajadores de la fábrica. Consideraba un regalo de Dios haber trabajado como obrero, ya que le dio la oportunidad de conocer de cerca la experiencia de muchos trabajadores, tanto de los industriales como de todo tipo de profesiones.

3) ¿Cómo entendía san Juan Pablo II el trabajo de un sindicalista?

San Juan Pablo II entendió la dedicación de un sindicalista como una verdadera vocación de servicio, una función encargada de la defensa de los derechos de los compañeros. El diálogo que Juan Pablo II mantuvo con sindicalistas durante una visita a las instalaciones metalúrgicas de la ciudad de Terni el 19 de marzo de 1981 ilustra mejor esta respuesta. Fue la primera vez en la historia que un Papa ingresó a una fábrica italiana para encontrarse con obreros y hablar sobre el empleo y la dignidad del trabajo. El ambiente de la reunión fue un diálogo espontáneo, abierto y sincero entre el Papa, los sindicalistas y el resto de los trabajadores. Hablaron sobre el clima de desconfianza que prevalecía en la sociedad, el desempleo, la incertidumbre sobre el futuro, la reducción de salarios, la amenaza de despidos, entre otros temas. Todo fue muy protocolar hasta que un trabajador le preguntó a Juan Pablo II: "Santidad, si no hubiera sido ordenado sacerdote y elegido Papa, ¿hubiera sido sindicalista?". A lo que el Sumo Pontífice respondió: "En cuanto a si yo, como obrero, sentí el deseo de ser sindicalista, debo decir que escuché y seguí mi vocación sacerdotal (...) Sin embargo, creo que es una hermosa vocación ayudar a los hermanos, a los compañeros de trabajo; una vocación cristiana, aunque yo no la haya seguido".

4) A lo largo de la historia, ¿de qué manera la Iglesia ha reconocido a los sindicatos?

Algunos dicen que "el mejor sindicato es aquel que no existe", pero la formación de asociaciones privadas es un derecho natural del ser humano, que existe antes de su integración social. En concreto, la encíclica Rerum Novarum (1891) fue la primera que reconoció los sindicatos. Además, con el paso del tiempo, el Concilio Vaticano II destacó el derecho sindical como uno de los derechos fundamentales de la persona. "Tienen por objeto la representación de las diversas categorías de trabajadores, su legítima colaboración en el progreso económico de la sociedad, el desarrollo de su sentido de responsabilidad para la realización del bien común", señaló el Papa Pablo VI.

5) ¿Cuáles son los mensajes clave de San Juan Pablo II sobre los sindicatos?

Las enseñanzas de San Juan Pablo II no buscan estructurar los sindicatos, sino proporcionar las orientaciones morales necesarias para despertar una participación libre y responsable. Y enumera una serie de valores fundamentales que son el resumen de su aporte a los sindicatos:
En primer lugar, afirma que los sindicatos son elementos indispensables de la vida social, especialmente en las sociedades modernas industrializadas. Mientras los accionistas buscan obtener mayores dividendos y los empleados buscan estabilidad y oportunidades de desarrollo, los sindicatos se encargan de defender y promover los derechos laborales.

En segundo lugar, San Juan Pablo II asegura que la unión de los trabajadores sigue siendo un "factor constructivo de orden social y de solidaridad del cual no se puede prescindir". A través del derecho a asociarse, se genera una solidaridad entre los trabajadores que les permite defender sus intereses y sus derechos.

Los sindicatos también son protagonistas de la lucha por la justicia social, representando a los trabajadores frente a los despidos, los ajustes salariales y la inflación.

Además, constituyen “vasos comunicantes”, como intermediarios en el diálogo con otras asociaciones para alcanzar el bien común de la sociedad. En la medida en que los sindicatos funcionen de esta manera, se promoverán relaciones leales por encima de los intereses personales de sus miembros.

Por último, los sindicatos tienen un rol educativo integral, ya que tienen la misión de formar a las personas para que sean mejores profesionales y en muchos casos llega a toda la familia, proveedores, etc. Deben enfocarse en la personalización en lugar de la masificación, y para lograrlo, es necesaria una actitud activa en la formación profesional de los trabajadores, no solo en cuestiones técnicas, sino también en el cultivo de virtudes como la responsabilidad y el trabajo en equipo, entre otras habilidades.