Felicitación de Navidad del prelado del Opus Dei (2021)

El prelado del Opus Dei, monseñor Fernando Ocáriz, felicita la Navidad 2021: “Mirar al Niño, para ver con los ojos de la fe el amor de Dios por nosotros, (...) sabiendo que en ese mismo momento Dios nos está mirando amorosamente”.

En estos últimos días de Adviento —falta muy poco ya para la Navidad—, es lógico que intentemos prepararnos con más intensidad para celebrar la venida del Señor. Quizás recordando esas palabras últimas del Apocalipsis que se refieren a la segunda venida del Señor, pero que son también permanentes: "¡Ven, Señor Jesús!", "¡Ven, Señor Jesús!". Es un gran deseo de que el Señor venga, en la Navidad, con la celebración, pero sobre todo que venga constantemente a nuestras almas, que venga muy especialmente en la Eucaristía cada día. "¡Ven, Señor Jesús!".

Y este deseo, con éstas palabras o sin palabras, debe ir acompañado por un deseo, que también en este tiempo de Adviento se nos recuerda con palabras de Juan Bautista: "Preparad el camino del Señor: Enderezad sus sendas". Tenemos que "enderezar", porque la venida del Señor también depende de que le dejemos llegar, que le dejemos el camino abierto a nuestro corazón, en nuestras almas: con la oración, con el trabajo, en las circunstancias ordinarias de nuestra vida.

Sobre todo, pensamos ya en la Navidad. El nacimiento de Cristo es realmente un gran misterio de Dios: que se hace un Niño, y se hace para nosotros.

También en la liturgia de la Navidad se repite esas palabras de Isaías, proféticas: "Un Niño nos ha nacido". "Nos ha nacido", para nosotros. Y en plural, que tiene un gran significado. Ciertamente, para cada uno, pero para todos.

Y este sentido nos tiene que dar, para la Navidad, un reforzar el sentido de la unión, de la comunión con todos: con la familia, en este Año de la familia que estamos celebrando con la gran familia de la Iglesia, con el Papa, como cabeza, como padre de todos en la Iglesia.

Y también ese "ha nacido" es para todos: para todo el mundo. Pensad en tanta gente que nos está esperando, como decía san Josemaría con nuestro trabajo, con nuestra oración... Ahora todavía en tantos lugares donde están sufriendo, también por la pandemia. También el Señor ha nacido para todos.

Es un misterio, el misterio del Dios hecho un niño. Misterio que debemos aceptar por la fe. Mirando al Niño, como lo miraremos en estos días de la Navidad en el belén, en el nacimiento.

Ver, mirar al Niño, para ver con los ojos de la fe el amor de Dios por nosotros. Un mirar al Niño que, a la vez, nos haga darnos cuenta de algo extraordinario, como dice san Josemaría en una de sus homilías: "sabernos nosotros mirados amorosamente por Dios a todas horas".

Es una mirada mutua. Estamos mirando al Niño, pero sabiendo que en ese mismo momento Dios nos está mirando amorosamente a todas horas. Esto nos tiene que dar fuerza, a pesar de nuestras limitaciones, para superar las dificultades. Sabernos acompañados por el amor de Dios constantemente. Pero para eso hace falta fe, y en ocasiones necesitamos pedirle al Señor ese "auméntanos la fe", que decían también los apóstoles a Jesús.

En este mirar al Señor, podemos a la vez en Navidad verlo con María y con José, y pedirles a ellos, a Santa María, a San José, que nos ayuden a mirar al Niño. Que nos ayuden a mirarlo como ellos lo miraban, como ellos lo miran ahora en el Cielo. Para ver en ese Niño todo el amor de Dios por nosotros, que nos da seguridad, la alegría también.

Porque hay que vivir, sí, la Navidad con alegría, pero toda la vida con alegría, que es compatible con el sufrimiento. Porque podemos sufrir y, a la vez estar contentos, en aparente paradoja, pero que es verdad y posible con la gracia de Dios.

Muy feliz Navidad a todos, que Dios os bendiga.