El prelado del Opus Dei se suma al llamado del Papa por la paz

Mons. Javier Echevarría, prelado del Opus Dei, sucesor de san Josemaría y del próximo beato Álvaro del Portillo, se unió al Papa en su pedido por la paz en el mundo. En una carta pastoral enviada a personas de 70 países, expresó también su solidaridad con aquellos que son perseguidos por sus creencias.

A pocos días de la beatificación de Álvaro del Portillo, primer sucesor de san Josemaría al frente del Opus Dei —será el 27 de este mes en Madrid—, el actual prelado, Mons. Echevarría, apoyó los llamados del Papa Francisco a luchar por la paz, mediante una carta pastoral enviada a personas de 70 países: “Todas las guerras constituyen un flagelo para la humanidad, pero se muestran especialmente horrendas las que se provocan con la falsa y blasfema excusa del nombre de Dios, como el Papa Francisco —y antes sus predecesores— ha denunciado muchas veces. En las semanas pasadas, en concreto, se ha hecho especialmente dramática la situación de los cristianos y de otras comunidades religiosas en Irak, también en Siria, en Nigeria y en otros lugares. Ante las atrocidades a las que están siendo sometidos estas hermanas y estos hermanos nuestros, cobra nueva actualidad la reflexión del Santo Padre durante una de sus homilías matutinas en la capilla de la Casa de Santa Marta: Hoy en día hay más testigos, más mártires en la Iglesia que en los primeros siglos. Y en esta Misa, recordando a nuestros gloriosos antepasados, aquí en Roma, también pensamos en nuestros hermanos y hermanas que viven perseguidos, que sufren y que con su sangre hacen crecer la semilla de tantas pequeñas Iglesias que nacen. Oramos por ellos y también por nosotros”.
El prelado también sostuvo que “ante el triste espectáculo de un mundo dividido, con pueblos enemistados entre sí, con familias desgarradas por la discordia”, se debe apostar por “una transformación del corazón que puede cambiar el curso de nuestra vida y de nuestra historia, como personas y como pueblo” (Francisco, Homilía en Seúl, 18-VIII-2014).
A continuación animó a todos los fieles, amigos y amigas de la prelatura, con unas palabras de san Josemaría: “nuestra labor apostólica contribuirá a la paz, a la colaboración de los hombres entre sí, a la justicia, a evitar la guerra, a evitar el aislamiento, a evitar el egoísmo nacional y los egoísmos personales: porque todos se darán cuenta de que forman parte de toda la gran familia humana”.
En este contexto, recordó la pronta beatificación de Álvaro del Portillo, su antecesor, y sugirió que se le rece “por la paz en el mundo y, de modo especial, por el consuelo de estos cristianos y de tantas otras personas de buena voluntad que están siendo atacadas a causa de sus creencias. Él sufrió en su juventud la persecución por motivos religiosos”.
Al finalizar, recomendó ser testigos de Jesús en “nuestras familias, en los barrios y ciudades donde residimos, en nuestro país y en el mundo entero, y entre los pobres y enfermos”.

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