“Cambié mi vida para siempre”

Tras una infancia marcada por una carencia extrema, a los 13 años pudo salir de la calle al conseguir un puesto en un taller mecánico. Y su vida cambió para siempre. Con el paso de los años, Felipe pudo transformar el dolor en servicio y encontró a Dios en lo cotidiano de cada día. "Había algo más en mi vida: lo que nunca había experimentado es que, en la vida cotidiana, en el trabajo, te podés hacer santo". Hoy tiene su empresa y una fundación que da trabajo a gente en situación de calle.