Setenta y cinco pesetas mensuales

Biografía de ISIDORO ZORZANO LEDESMA. Ingeniero Industrial. (Buenos Aires, 1902-Madrid, 1943) por José Miguel Pero Sanz.

El año ha sido ajetreado y los exámenes se echan encima. Isidoro aprueba la Topografía (y nociones de Geodesia), el Análisis químico, la Mecánica aplicada a la construcción y la Teoría general de las máquinas. Pero, confirmando que el hombre tropieza dos veces en la misma piedra, es suspendido en la Física industrial correspondiente a este curso.

Habrá que esperar unos meses para vender el texto de Física.

También para su amigo Josemaría Escrivá serán éstos unos meses de estudio intensivo: en septiembre se examinará de siete asignaturas correspondientes a su carrera de Leyes. En la Iglesia del Real Seminario de San Carlos, de Zaragoza, ha recibido, el 14 de junio (1924), el Subdiaconado. Al requerimiento ritual del Obispo que oficiaba la ceremonia, don Miguel de los Santos Díaz Gómara, Josemaría ha debido dar un paso al frente, que materializa su actitud interior: «Ecce ego quia vocasti me, Aquí estoy, porque me has llamado» (1 Reg 6, 9). La Orden recibida supone una entrega peculiar a la Iglesia, que le confiere la misión de recitar en su nombre, a diario, el Oficio Divino.

A Isidoro, en cambio, le corresponde cumplimentar este verano algunos requisitos militares, más bien burocráticos.

Los soldados «de cuota» debían cumplir, al menos sobre el papel, un sucinto período de instrucción militar y jurar fidelidad a la bandera.

Según las anotaciones —no está claro si reales o teóricas— de su cartilla, Isidoro se había incorporado el 1 de julio de 1924 al 2º Regimiento de Ferrocarriles, emplazado en Carabanchel Alto, donde quedó asignado a la 4ª Compañía del 2º Batallón. Se indica que el día 20 prestó juramento a la bandera, y el 8 de agosto fue dado de alta.

Aparte de estas formalidades castrenses, Zorzano tiene por estos meses quehaceres de mayor dedicación. Ante todo, estudiar la Física Industrial (II) cuyo examen debe rendir. Por otra parte, con sentido de responsabilidad, recurre a un pariente que, durante las vacaciones, lo toma como auxiliar contable. Este trabajo le prepara, sin saberlo él, para las numerosas contabilidades que habrá de llevar en el futuro. Percibe por ello setenta y cinco pesetas mensuales. No está mal: cuarenta pesetas al mes era lo que cobraba una empleada doméstica interna. Con ese ingreso, Isidoro cubrirá de sobra el importe (90 pesetas) de las matrículas escolares; pero no le llega para las 500 pesetas, importe del segundo plazo de su «cuota»: ¡pocas veces le habrá dolido tanto efectuar un gasto!.

El sábado 27 de septiembre Zorzano será —como el año anterior— el primero en presentarse a la repesca de Física industrial, que aprobó con 9 puntos. Conocido el resultado, el lunes 29 se matricula en el cuarto año de la carrera.