"El interés por la religión crece continuamente"

Jean-Philippe Huet es un sacerdote del Opus Dei que vive en la República Checa. En esta entrevista, habla del trabajo apostólico de la Obra en ese país y de las esperanzas de la Iglesia ante la visita de Benedicto XVI

Usted vive en Praga desde hace cinco años. ¿Nos podría explicar qué le ha traido hasta aquí?

Siete años de estudios y preparación para el sacerdocio en Roma me ayudaron a abrir horizontes. Cuando me ordené sacerdote en 2002, dije al Prelado del Opus Dei que, si la Obra lo necesitaba, yo me ofrecía para ir a Rusia, Vietnam o cualquier otro país donde los sacerdotes son pocos. Con todo, volví a París, donde pasé un año hasta que me preguntaron que si podría trasladarme a desarrollar mi trabajo pastoral como sacerdote del Opus Dei en la República Checa. Al principio, lo reconozco, la propuesta me sorprendió, pero enseguida dije que sí.

¿Y cuales fueron sus impresiones, especialmente en lo que a la vida de la Iglesia se refiere?

Me habían dicho que el comunismo había castigado profundamente a la República Checa, precisamente por ser un país de gran tradición católica. Aún se ve en la arquitectura: quienes conozcan Praga habrán visto los frescos sobre la Trinidad, las imágenes de la Virgen por la calle... La época comunista no destruyó ese arte, pero sí la formación cristiana de la gente. Actualmente, los católicos somos el 25% de la población, si bien en 1948 eran el 80%. Al mismo tiempo, a la Iglesia no se la juzga tanto como en otros lugares -Francia por ejemplo-. Entre los más jóvenes, la ignorancia religiosa es bastante alta, pero el futuro es muy positivo, ya que el interés por la religión crece continuamente.

Jean-Philippe Huet en el centro de la foto -fila inferior-, en una actividad con seminaristas y sacerdotes.

¿Podría resumirnos brevemente el trabajo apostólico del Opus Dei en la República Checa? ¿Cómo se ha recibido allí el mensaje de la santificación del trabajo?

Ese interés por Dios se deja notar en el trabajo apostólico que lleva a cabo el Opus Dei aquí. Los checos son trabajadores serios. De hecho, muchas empresas internacionales han abierto una sede aquí no sólo porque la mano de obra es más barata, sino porque saben que trabajan duro. San Josemaría decía que la lucha espiritual requiere virtudes humanas. Sin ellas, la vida de la Gracia dificilmente puede nacer y desarrollarse. Gracias a Dios, asistimos a conversiones y de entre las personas que acuden a los medios de formación que ofrecemos, están llegando vocaciones -no solamente para la Obra, sino también para la vida religiosa y el seminario-.

¿Qué espera del viaje del Santo Padre a su país?

Esperamos con impaciencia la llegada del Papa a Bohemia y Moravia. Su visita supondrá un empujón maravilloso para quienes "somos y hacemos" la Iglesia en esta tierra que fue evangelizada por Cirilio y Metodio. Pido a los lectores oraciones por los frutos de este viaje, en el que recordaremos el 1080 aniversario de la muerte de nuestro Patrón, san Wenceslao, asesinado por su hermano a unos 30 kilómetros de Praga.