Me llamo Rita Yousif. Vivo en el Líbano, en Al-Tilal, cerca de Biblos. En el Líbano hay muchos grupos cristianos de diferentes ritos, pero la mayoría es maronita. Yo soy maronita.

En mi familia recibí una educación cristiana. Mi madre nos llevaba los domingos y las fiestas a la Misa u a otras celebraciones religiosas. Pero crecimos en la época de la guerra. Nací en el año 1982 y entonces había guerra en el Líbano; crecí en una zona muy conflictiva. Con la paz de 1990-1991, volvimos a la aldea de la que nos habíamos fugado, que se encuentra en Batrun, al norte del país.

Hasta que logramos la paz la guerra duró muchos años. Pasaba los años, yo iba creciendo y sentía que Dios quería algo de mí. Rezaba mucho. Pero cuando uno llega a la adolescencia, a veces se aleja un poco de Dios, se deja llevar por muchas cosas y abandona la oración, la Misa...

Cuando cumplí 18 años decidí estudiar Hostelería y fui a un instituto en Duma, donde aprendí a ser "chef de cocina". Yo seguía buscando algo en mi vida. Sabía que Dios me pedía algo, pero no lograba "meter" a Dios en mi vida, aunque seguía rezando e iba a Misa. Como ahora, entonces me gustaba mucho la vida normal y no quería apartarme de ella. Cuando conocí el Opus Dei pude unirlo todo en un solo camino. 

En la Escuela Al-Tilal se hacen dos cosas: prácticas de Hostelería y actividades de formación espiritual cristiana, dirigidas por personas del Opus Dei. Yo participo en sendas actividades. Además, en Al-Tilal ayudo en una iniciativa: un club para el tiempo libre de las niñas de las montañas de Hasrún. Ofrecemos un programa de formación "leader" dirigido a estudiantes de la zona, con el que se les ayuda a mejorar en sus estudios, se les enseña a aprovechar el tiempo y así mejoran sus resultados en el colegio. 

Con el tiempo me he hecho amiga de alguna de las chicas que vienen al programa. Me contaban sus problemas, las cosas que les pasaban, sus problemas, que a veces son los problemas que atraviesa el país. Les puedo explicar que, si por fuera la situación es inestable, si la persona está en cercanía y amistad con Dios, tiene vida interior cristiana tranquila y fuerte, si hay amistad con Jesucristo, no perderá la paz interior. 

Cuando una persona sabe en su interior que es libre y vive en paz con Dios, esto le lleva a comunicar esa tranquilidad a quienes se encuentra a su alrededor, a quienes ve cansados, o desesperados, tristes o con miedo.