«Más grande que tu corazón»: Contrición y reconciliación
Solo Dios es más grande que nuestro corazón, y por eso solo él puede curarlo, reconciliarlo hasta el fondo. Sexta entrega de la serie “Combate, cercanía, misión”.
«No entristezcáis al Espíritu Santo»: La tibieza
La tibieza es una enfermedad del corazón, por la que las cosas de Dios nos disgustan, y por la que llegamos incluso a convencernos de que la vida, la verdadera vida, está en otra parte.
El reino de Dios y su justicia: la justicia (II)
Las relaciones más importantes de nuestra vida definen los deberes más importantes. La justicia nos dibuja una especie de mapa para no perderlos de vista. Editorial de la serie sobre virtudes “Muy humanos, muy divinos”.
Es justo y necesario: la justicia (I)
La justicia empieza por nuestra relación con Dios, que encuentra su enfoque exacto en una actitud clave: agradecimiento. Editorial de la serie sobre virtudes “Muy humanos, muy divinos”.
Muy humanos, muy divinos (XIX): Para dar lo mejor de cada uno
Las virtudes dan brillo a nuestra personalidad y nos hacen flexibles para descubrir el bien en las diversas situaciones cotidianas.
Muy humanos, muy divinos (XVII): La delicada fuerza de la confianza
La confianza descubre las potencialidades que se esconden en el interior de cada uno. Nos hace crecer de modo natural, armonioso. Nos hace capaces de más.
Muy humanos, muy divinos (XVI): La obediencia, apertura del corazón
Permanecer abiertos a la voz de Dios nos ensancha el corazón; nos permite estar, como Jesús, en las cosas de nuestro Padre.
Muy humanos, muy divinos (XV): Sencillez, para ver claro el camino
Sabernos mirados por Dios y vivir en el presente: dos actitudes para hacer que nuestra vida sea más sencilla.
Muy humanos, muy divinos (XIV): Para dar luz, palabras verdaderas
Jesús y los primeros discípulos demostraron un gran amor a la verdad, con la seguridad de quien transmite una noticia que llena la vida de alegría.
Muy humanos, muy divinos (XIII): Con todo el corazón
La virtud de la castidad tiene que ver con nuestra capacidad de percibir, aspirar y gozar con lo que llena el corazón humano; nos permite descubrir a Dios en todo.
Muy humanos, muy divinos (XII): Lo que verdaderamente cuenta
El desafío de ser pobre de espíritu viviendo en medio del mundo.
Muy humanos, muy divinos (XI): Y entonces, el mundo te habla
La templanza en el deseo de conocer nos permite alcanzar el corazón de la realidad, y ser almas contemplativas en medio del mundo.
Las palabras nacen en el corazón: verdad y caridad en los juicios
En las pasadas felicitaciones navideñas a la curia romana, el Papa Francisco regaló a los presentes un libro sobre el vicio de las habladurías. Se trata de un tema recurrente en su predicación. En este texto se hacen algunas consideraciones desde el punto de vista espiritual y de la relación con los demás.
Muy humanos, muy divinos (X): Te seguiré adonde vayas
La virtud de la fortaleza nos permite seguir a Jesús sin depender de las condiciones cambiantes de nuestra vida y de nuestro entorno.
Muy humanos, muy divinos (IX): El don de mirar con Dios
Algunas virtudes que preparan para ser alma contemplativa en medio de lo ordinario.
Muy humanos, muy divinos (VIII): La batalla de nuestra formación
En este octavo artículo nos detenemos en algunas actitudes y consejos que nos disponen mejor para ser semilla fértil en nuestro lugar en el mundo.
Muy humanos, muy divinos (VII): Nuestro trabajo, levadura de Dios
En este séptimo artículo descubriremos algunas virtudes del trabajo que se esconden en una imagen que usó Jesús: la de aquella mujer que hace pan para muchas personas. El desafío es transformar nuestras tareas diarias en amor para quienes nos rodean.
Muy humanos, muy divinos (VI): Hasta ponerlo por obra
Pararse a pensar, escoger el camino, pasar a la acción. Tres momentos esenciales que dan forma a la prudencia, la virtud necesaria para hacer el bien en el único lugar real: aquí y ahora.