Opus Dei

Algunas personas, cuando piensan en la formación, tienden a considerarla como un saber. Sin embargo, no basta un concepto de ese estilo: llegar a la integridad de la persona requiere pensar en la formación como un ser. Se trata de un objetivo mucho más alto: sumergirse en el misterio de Cristo y dejar que la gracia nos vaya transformando progresivamente para configurarnos con Él.

Dios es un Padre amoroso que creó al hombre para alcanzar la felicidad. Pero el hombre desobedeció y se prefirió a sí mismo antes que al Amor de Dios.

Adentrarse por caminos de contemplación significa dejar obrar al Espíritu Santo para que Él refleje en nosotros la faz de Cristo en todas las situaciones de nuestra vida.

Voz "Plan de vida" del Diccionario de San Josemaría Escrivá de Balaguer, que aborda la figura y la predicación del fundador del Opus Dei desde una doble perspectiva: una biográfico-histórica y otra teológico-espiritual, con el objeto de facilitar el conocimiento de su personalidad y de su mensaje.

El silencio es a menudo el «lugar» en el que Dios nos espera: para que logremos escucharle a Él, en vez de escuchar el ruido de nuestra propia voz.

Dejarnos tocar por el amor de Dios, dejarnos mirar por Cristo: la esperanza nos abre un mundo, porque se basa en lo que Dios quiere hacer en nosotros.

Dios es nuestro Padre, Jesús es nuestro Amigo, el Espíritu Santo habita en nuestros corazones, tenemos por Madre a María... Cada una de estas realidades fue para san Josemaría «un nuevo Mediterráneo». Sus descubrimientos pueden cambiar también hoy el paisaje de nuestra vida interior. Descarga gratis el libro electrónico.

Los cristianos no encuentran en el dolor un placer especial. El masoquismo es contrario a la doctrina de Jesús. Entonces, ¿qué sentido tiene la mortificación cristiana?

La fe cristiana es una fe con Rostro, una fe que dice: no estás solo en el mundo… hay Alguien que ha querido que existas, que te ha dicho «¡vive!».

Se recogen algunos párrafos de un sermón de san Agustín sobre las excelencias de la virtud de la caridad, según la doctrina del apóstol san Pablo.