Como un niño que balbucea
A la vuelta de cincuenta años, estoy como un niño que balbucea: estoy comenzando, recomenzando, como en mi lucha interior de cada jornada. Y así, hasta el final de los días que me queden: siempre recomenzando.
Viernes Santo
El alma que sabe amar y entregarse así, se colma de alegría y de paz. Entonces, ¿por qué insistir en "sacrificio", como buscando consuelo, si la Cruz de Cristo —que es tu vida— te hace feliz?
La Eucaristía
Perfecto Dios y perfecto hombre, Señor de cielos y tierra, se nos ofrece como sustento, del modo más natural y ordinario. Así espera nuestro amor, desde hace casi dos mil años. Es mucho tiempo y no es mucho tiempo: porque, cuando hay amor, los días vuelan.
Semana Santa
La Semana Santa no puede reducirse a un mero recuerdo, ya que es la consideración del misterio de Jesucristo, que se prolonga en nuestras almas; el cristiano está obligado a ser otro Cristo, el mismo Cristo.
Fidelidad a Dios
Me gusta ese lema: "cada caminante siga su camino", el que Dios le ha marcado, con fidelidad, con amor, aunque cueste.
¿Qué es un santo y cómo se llega a la santidad?
San Josemaría Escrivá de Balaguer, proclamó desde los años treinta, con una fuerza inusitada, la llamada universal a la santidad, el mensaje de que el trabajo, la vida de familia y las relaciones sociales son caminos de santidad.
El fin sobrenatural de la Iglesia
"Si admitiésemos sólo la parte humana de la Iglesia, no la entenderíamos nunca, porque no habríamos llegado a la puerta del misterio.", son palabras actuales de san Josemaría, en su homilía 'El fin sobrenatural de la Iglesia', publicada en el libro 'Amar a la Iglesia'. Su meditación puede ayudar a entender algunos interrogantes que se plantean en este momento que estamos viviendo.
Cómo afrontar los enfados y los malos ratos
Enfermedad, dificultades, enfados pasajeros o preocupaciones duraderas... Los malos ratos son una experiencia común, ¿se pueden santificar?, ¿son ocasión u obstáculo en la vida de un cristiano?
Llevar a Jesucristo a todos los ambientes
Hemos de conducirnos de tal manera, que los demás puedan decir, al vernos: éste es cristiano, porque no odia, porque sabe comprender, porque no es fanático, porque está por encima de los instintos, porque es sacrificado, porque manifiesta sentimientos de paz, porque ama.