“Me llamo Joyce Waweru y trabajo en una tienda con mi marido. Tenemos cinco hijos. Algunos ya han salido del colegio y los otros todavía estudian. Trabajo duro para mantener a la familia.
En 1988 empecé a ir a Kimlea, un centro de formación profesional que nació gracias al impulso de san Josemaría. Me matriculé en un curso del "Outreach Programme" en el que aprendí a cocinar y a coser. Al acabar, monté mi propio negocio. Con las ganancias, hemos podido educar a nuestros hijos y atender a las necesidades de la familia.
Ahora ya no vivimos en la plantación de té. Nos trasladamos a una casa mejor en Limuru y la vida ha cambiado mucho para nosotros: tenemos tres tiendas.
En Kimlea he aprendido, además, cosas sobre la vida cristiana y sus valores. De las enseñanzas de Josemaría he asimilado el amor a la alegría, la importancia de trabajar bien y cosas sobre la salvación de mi alma. Todo esto me ha ayudado a ser más trabajadora y a estar unida a mi marido. Como resultado, pienso que en nuestro matrimonio iremos siempre hacia adelante, nunca hacia atrás”.
Este relato ha sido publicado en el folleto "La alegría de los hijos de Dios", de Alberto Michelini. © 2002 Oficina de Información del Opus Dei.