Todos debemos ser operadores de paz

Monseñor Javier Echevarría estuvo recientemente en España con motivo de la dedicación de una iglesia al beato Josemaría en Barbastro. En ese viaje, ha pedido "secundar la oración del Papa por la paz, con la jornada de ayuno del viernes 14 próximo, y la plegaria por los frutos del encuentro de los representantes de las religiones del mundo en Asís, el 24 de enero".

Mons. Echebarría, Mons. Omella y Mons. Echevarría, durante la dedicación de una iglesia al beato Josemaría en Barbastro

El prelado del Opus Dei dijo también que "el sano entendimiento entre las naciones y grupos sociales es un don divino que hemos de implorar con fe y perseverancia, además de ser cada uno operador de paz, porque es una tarea que se nos confía a todos". En su opinión, "si falta visión sobrenatural, si no se tiene en cuenta que Jesucristo ha derrotado al demonio y al pecado, resultan lógicos el desánimo y el pesimismo".

En relación a la violencia y a situaciones de inseguridad o angustia, monseñor Echevarría se refirió a la carta apostólica Novo Millennio Ineunte y afirmó que "es la hora de lanzarse valientemente por todos los mares del mundo, colaborando personalmente –sin miedo de nada ni de nadie—en la nueva evangelización de la sociedad. Hemos de abandonar el puerto tranquilo de la inactividad, de la comodidad, que tantas veces nos retiene y decir con Juan Pablo II duc in altum!, ¡mar adentro!".

A un mes del comienzo del centenario del beato Josemaría, mons. Echevarría señaló que el objetivo principal de esta efemérides "es que muchas personas se acerquen a Dios y descubran la alegría de la vida cristiana". Dijo también que "el fundador del Opus Dei gastó todo su tiempo en anunciar a Jesucristo, recordando que se puede ser plenamente discípulo de Cristo en medio del mundo. El Centenario ha de ser un eco de esa verdad cristiana radical, que llena la vida de sentido y de alegría".

El Prelado destacó "el ámbito eclesial del Centenario, que conmemora una figura que pertenece a toda la Iglesia, y a cuya intercesión acuden personas de las características más variadas, movidas por su ejemplar cumplimiento de la voluntad de Dios".