«¿Rendirse? Jamás. Dios saca siempre algo bueno»

Antonio trabajaba vendiendo ropa, pero el negocio quebró. Probó con la venta de autos de colección y tampoco le fue bien. Se lanzó con la agricultura, pero una plaga les hizo perder una cosecha. En 2017 el Huracán María arrasó con todo. A los diez días no tenía absolutamente nada: ni agua, ni luz, ni alimento para sus hijos. Aprendió de san Josemaría a confiar en Dios y seguir hacia adelante.