“Ser un buen padre en el mundo actual es un camino de santidad, tan bueno como el martirio o la vida en un monasterio, y tiene el mismo valor para la Iglesia y para el mundo”, dijo el cardenal de Vilnius, Audrys Juozas Backis, en el congreso “El Matrimonio y la Familia, camino de santidad”, celebrado en la capital lituana.
El evento, que tuvo lugar en octubre, sirve para presentar en los países bálticos el próximo centenario del nacimiento del beato Josemaría. “El fundador del Opus Dei fue un verdadero profeta, una de esas personas que Dios envía cada cierto tiempo para despertar a la Iglesia y a la sociedad”, dijo el cardenal Backis.
Recordó que las enseñanzas de Escrivá sobre la santidad en la vida ordinaria son especialmente necesarias ahora que la familia, institución fundamental de la sociedad, atraviesa una profunda crisis: “Él vio que no hace falta ser un clérigo o un monje para alcanzar la santidad, sino que toda persona está llamada a ser santa en su trabajo, en su vida de familia y en su actividad social”.
La crisis de la familia es uno de los principales problemas de Lituania, anotó el cardenal, “y lo que necesitamos es, precisamente, mostrar que es posible vivir una vida matrimonial de acuerdo a los planes de Dios y las necesidades de la persona humana”.
Como explicaron otros ponentes desde su experiencia personal, la santidad en el matrimonio no es una tarea fácil, pero resulta tan necesaria como gratificante. “Hay que rechazar el egoísmo, dándose del todo al otro cónyuge y a los hijos que Dios pueda enviar” explicó Linas Sidrys, un cirujano oculista y padre de ocho niños.
“Muchas veces los padres hablamos del bienestar material de los hijos, pero realmente estamos pensando en la casa o el coche que nos gustaría comprar”, añadió. Sidrys animó a los maridos a ayudar a sus esposas en la tarea de educar a los hijos, en especial tras los meses de embarazo.
Nijole Liobikiene, directora del “Lithuanian Family Center”, habló del concepto “inmaduro” de “amor” que se presenta habitualmente en la cultura popular, y que impide a los jóvenes formar familias felices. “El circulo vicioso que vemos ahora es el fruto de nuestra propia inmadurez y falta de amor”, añadió.
Liovikiene anotó que durante los tiempos soviéticos, ella y mucha más gente en Lituania habían obtenido ideas sobre la familia gracias a copias ilegales de los escritos del beato Josemaría. “Para aquellos de nosotros que queríamos amar y ser amados, fue maravilloso descubrir que había una vocación a la familia, que el matrimonio era un camino real hacia la santidad”.
La ex parlamentaria Vilija Aleknaite-Abramikiene también se dirigió a las 200 personas asistentes al congreso, en su mayoría jóvenes padres de familia y estudiantes universitarios. “La cantidad de asistentes a este congreso nos demuestra que hay esperanza para la familia”, dijo la política y madre de dos hijos.
La idea de una “llamada universal a al santidad” era muy controvertida cuando el beato Escrivá empezó a predicarla, pero desde entonces se ha convertido en una piedra clave de las enseñanzas de la Iglesia Católica. El día del centenario de su nacimiento, el próximo 9 de enero, se celebrará una Misa solemne en la catedral de Vilnius.