Rome Reports Publican libro sobre el mensaje del Opus Dei en el mundo contemporáneo
► Noticia relacionada «San Josemaría se consideraba un continuador de los románticos del siglo XIX»
► Lea el primer capítulo de “El último romántico” (Ed. Rialp)
Mariano Fazio, Vicario General del Opus Dei: “Él mismo se define como 'el último romántico'. Él consideraba que los románticos del siglo XIX estaban enamorados de la libertad y estaban decididos a dar la vida por la libertad”.
“Él veía que en la época que vivía, que todo el mundo hablaba de democracia, de libertad, pero había mucha tiranía. O mucha gente que defendía su propia libertad y no defendía la libertad de los demás. Siempre me atrajo esta definición que daba de sí mismo”.
Mariano Fazio reflexiona sobre el mensaje de San Josemaría (...) y sobre cómo se concreta en el siglo XXI
A lo largo del libro, Mariano Fazio reflexiona sobre el mensaje de San Josemaría desde la perspectiva del mundo contemporáneo y sobre cómo se concreta en el siglo XXI.
Mariano Fazio, Vicario General del Opus Dei: “Ahora podemos santificarnos a través de Whatsapp, Twitter y viajando con muchísima más velocidad y frecuencia, que cuando San Josemaría recibió este trabajo, este mensaje. Cambian cosas circunstanciales pero lo fundamental permanece”.“El mensaje fundamental es que estamos todos llamados a la santidad en medio del mundo. Lo que el papa Francisco llama la santidad de la puerta de al lado. Que todos tenemos una vocación, que el Señor nos llama, no se olvida de ninguno. Y la inmensa mayoría de personas las llama en medio del trabajo, de la familia. Siendo buenos ciudadanos de esta sociedad, que hoy en día, necesita tanto espíritu cristiano, tanta fuerza del Evangelio”.
Esta obra divulgativa interesará a quienes quieran conocer mejor el mensaje del Opus Dei: la santidad en medio del mundo, que pasa por cultivar una relación personal con Dios; estar unidos al Papa y a los obispos sin abandonar el lugar que se ocupa en la sociedad, como el trabajo o la familia, y hacerlo siempre con libertad. Porque, como decía San Josemaría, sin libertad no se puede amar.