"Mi nombre es Roselyne Warau. Soy keniana y trabajo en la Universidad de Strathmore . Paso la mayor parte de mi tiempo trabajando en el campo social, con marginados y personas muy pobres. Recientemente en mi Universidad, hemos puesto en marcha una campaña especial para ayudar a las víctimas del hambre en Kenia, Etiopía y Somalia.
Su Santidad ha dicho que en los pobres podemos tocar a Cristo. Pero a veces no es fácil, porque ante tanto sufrimiento en el mundo, especialmente en esta crisis económica, nos preguntamos por el sentido del dolor en el plande Dios. Cuando las personas que sufren, o los estudiantesde la Universidad, me hacen este tipo de pregunta, no tengo una respuesta fácil.¿Cómo puedo hacerles entender que Cristo está vivo y sufriente en los pobres?¿Cómo decirles que ellos le importan mucho a Dios y que Dios no se ha olvidado de ellos?".
Esta fue la pregunta que hizo al Papa Roselyne Warau Mwangi durante la Vigilia de Cuatro Vientos, en la Jornada Mundial de la Juventud, y que a causa de la lluvia y el viento, el Papa no pudo responder directamente.
Una campaña contra el hambre
Roselyne Warau Mwangi finalizo la carrera de Ciencias Económicas y Comercio en la Universidad de Strathmore hace un año, y ahora trabaja allí como profesora ayudante , donde también es la promotora del programa de solidaridad CAP (Programa de Alcance Comunitario) .“El 22 de julio pasado nos visitó el Reverendísimo Domingo Kimengich, obispo de la Diócesis Católica de Lodwar, una de las más pobres de Kenia que está padeciendo los efectos devastadores de la sequia y lanzó una campaña contra el hambre. El objetivo de la campaña es recaudar dinero, alimentos y oraciones por las personas afectadas por la hambruna en el norte de Kenia. La campaña está siendo coordinada por el Programa de Alcance Comunitario (CAP) que promovemos en Strathmore”.
"La gente vive con una comida cada dos días"
El obispo habló de la inmensa tarea de alimentar a más de 200.000 personas, que están absolutamente desnutridas y desesperadas por la tragedia que están padeciendo en esa región del país.
"La matrícula escolar se ha duplicado en la región porque los niños tienen la garantía de una comida en la escuela. Y algunos de ellos no toman los alimentos que se sirven, para llevarlos a casa y compartirlos con los demás miembros de sus familias".
"La gente vive con una comida cada dos días. Los padres hacen juegos psicológicos con los niños para engañar al hambre. Vierten agua en ollas y la mantienen hirviendo hasta que los niños se duermen".
El Obispo Kimengich ha salido de su diócesis para hacer un llamamiento desesperado. “No puedo volver a mi diócesis con los bolsillos vacios", dice preocupado. Desde que fue ordenado obispo de Lodwar, en mayo de 2010, no ha llovido en su diócesis y las temperaturas oscilan entre 40 y 45 grados centígrados. Citando a un explorador que fue a Lodwar en 1860 nos asegura que "Turkana está al lado del infierno".
Un programa ambicioso
La Universidad de Strathmore a través del Programa de Alcance Comunitario, nos cuenta Roselyne, se ha comprometido a donar la misma cantidad que el conjunto de todos los estudiantes: por cada chelín que entreguen, la Universidad entregará otro. Desde que se puso en marcha la campaña, el pasado 25 de julio, se han recaudado cerca 300.000 chelines.
Los primeros que se han puesto en marcha para ayudar en esta situación de emergencia en África han sido los mismos africanos, pero no es suficiente, se necesita la cooperación internacional para que se reduzca el número de fallecidos por hambruna.
Roselyne nos dice que a la la zona de Turkana en la diócesis de Lodwar, al norte de Kenia, no llega la ayuda estatal. Y es la Iglesia católica la que consigue que llegue ayuda a las escuelas, los dispensarios, los hospitales, las guarderías, etc.
El programa de solidaridad de la Universidad también atiende a la KOPLWA, (Organización Keniana de Personas Viviendo con Sida ) y al Centro de VIH, así como escuela secundaria bautista de Soweto. Ambos se encuentran en barrios pobres de Kibera. Algunos estudiantes de Strathmore tiene un programa de tutoría en la escuela, ya que reconocen que la capacitación y formación de los jóvenes de zonas marginales es la mejor forma de alimentar el futuro del país.
Roselyne ha estado con otras jóvenes kenianas en la JMJ de Madrid y también aquí ha seguido trabajando para recabar entre los jóvenes solidaridad con el norte de Kenia y Somalia.