Jóvenes canadienses cooperan en México

Estudiantes canadienses y mexicanas participaron en México en un proyecto internacional de cooperación organizado por Fonteneige, una residencia universitaria de Montreal que desde hace quince años promueve actividades de solidaridad.

El proyecto ‘México 2004’ duró dos semanas y tuvo lugar el pasado mes de julio. Los primeros siete días, las tareas se concentraron en la Sierra de Querétaro, donde las voluntarias reacondicionaron iglesias, construyeron hornos y emprendieron otras iniciativas de carácter social en poblaciones dispersas de la montaña.

La segunda semana, en Toxshi y Boxshi, impartieron clases de catecismo y organizaron varios tipos de actividades lúdicas, como juegos al aire libre, concursos, conciertos musicales y un bazar para los niños.

Melina Daher, estudiante de Ingeniería en la Concordia University, recuerda la perplejidad con la que acogió la idea en un primer momento: “Cuando nos planteamos la posibilidad de embarcarnos en una iniciativa social, pensé: ‘¿Involucrarme en un proyecto humanitario? ¿Yo?’. Y, bien, lo pensé tranquilamente y me dije: ‘Bueno, ¿y por qué no?’. Así comenzó una experiencia que ha terminado resultando maravillosa”.

“Trabajar codo con codo –prosigue Melina- con un grupo de jóvenes mexicanas nos ayudó mucho a conocer y asimilar mejor la cultura del país. La gente a la que ayudamos demostró una mezcla encantadora de felicidad y modestia de recursos. Algunos piensan que el trabajo que se realiza en este tipo de iniciativas de voluntariado es inútil, y que lo único provechoso es lo que el voluntario obtiene personalmente como experiencia psicológica y moral. Bien, pues no estoy de acuerdo. Aparte de que este proyecto ha resultado fructífero, pienso que también hemos sido capaces de aportar algo más. Junto a una ayuda material, por supuesto, les hemos dejado un testimonio de cariño y de fe. Llegamos a conocer bien a todos, y ahora saben que hay gente en Canadá que les quiere y reza por ellos”.

Otra de las participantes fue Sze Wan Sit, una estudiante de Medicina de la McGill University, procedente de Hong Kong. Reside en Canadá con su familia desde hace varios años. Un día, tiempo atrás, acudió a Fonteneige invitada por una amiga. Aunque no estaba bautizada, quiso conocer a fondo la fe católica. Asistió a unas charlas de formación cristiana que tenían lugar en la residencia y leyó mucho, preguntó más, y finalmente decidió dar el paso. Recibió el bautismo el pasado mes de febrero en la parroquia de St. Ambroise.

Sze Wan también recuerda aquellos días en México con emoción: "Trabajamos en poblaciones pobres, pobrísimas, reconstruyendo sus iglesias y ayudándoles a levantar hornos hechos de arena, tierra y agua. Asimismo, les ayudamos espiritualmente, dándoles clases de catecismo. Son gente muy generosa, amigable, pacífica y alegre, a pesar de no tener muchos recursos. Se tratan entre sí con mucho respeto y tienen una gran fe. Pienso que todo esto me ha ayudado a descubrir que la felicidad está en hacer algo importante por los demás, en dar a los demás algo que sólo tú puedes dar”.