“Gracias por venir adonde está la necesidad”

Recientemente se ha inaugurado el Centro de Prevención de la Desnutrición y Atención Médica Primaria, SENDAS, en el barrio Los Ceibos en Argentina

El Obispo bendice las instalaciones de SENDAS

Las palabras de monseñor Juan Horacio Suárez, obispo de la diócesis de Laferrére, fueron elocuentes: “Gracias por venir adonde está la necesidad”, dijo dirigiéndose a los responsables del proyecto SENDAS que el sábado 24 de noviembre inauguraron el Centro Médico con la presencia de los vecinos.

“Gracias por venir…”, y es que llegar al barrio Los Ceibos no es fácil, el camino es largo. Pero sobre todo fue largo el recorrido hasta llegar a contar con este espacio que hoy reúne cinco consultorios de atención gratuita en las especialidades de Nutrición, Psicología, Psiquiatría, Psicopedagogía, Medicina familiar y Pediatría. Además, cuenta con un servicio de Farmacia.

El barrio Los Ceibos, en González Catán

Pasaron 8 años para que al final del camino, se levanten las paredes pintadas de blanco que dan vida al proyecto SENDAS. Desde 1999, un grupo de voluntarios compuesto por profesionales y estudiantes de distintas áreas de la salud prestan sus servicios todos los sábados a las personas del barrio, que está construido sobre un basural loteado que produce, entre otras cosas, la contaminación de las primeras napas de agua, y la infertilidad de la tierra.

La mayoría de las viviendas son de chapa y la población vive en condiciones muy duras. La desnutrición infantil es un problema serio, que si se da en los primeros meses de vida afecta de manera irreversible el rendimiento de los chicos en la escuela y su capacidad de trabajo.

María Ana Rosasco, una de las promotoras del proyecto

María Ana Rosasco, bioquímica, farmacéutica y numeraria del Opus Dei, cuenta que esta iniciativa surgió al encontrarse con un proyecto similar en Paraguay: “Me gustaba la idea de poder ayudar a los demás y de esa forma también devolver a la sociedad lo que me había dado al haber podido estudiar las dos carreras en la UBA (Universidad de Buenos Aires)”. Diez años después, siendo ya farmacéutica, la idea pudo hacerse realidad al encontrarme con otras personas que tenían la misma inquietud. Desde el principio nos dedicamos a la atención primaria de la salud, y se ofreció atención farmacéutica, dando a los pacientes las indicaciones y asegurando que comprendieron lo que les dijo el médico.”

Poco a poco el proyecto fue creciendo, los pacientes aumentaron, también los voluntarios, su trabajo y los donativos… Hoy, lo que fue una salita de atención primaria, tiene su foco en la implementación de un sistema de salud preventiva mediante la formación en la nutrición a mujeres, en su mayoría madres de familia. Para esto cuenta con el apoyo de CONIN Argentina, ONG especializada en problemas de desnutrición.

Asimismo, promueve que el desarrollo y la integración familiar a través de la formación y la intervención psicológica favorezca la autoestima y el desarrollo de la personalidad de cada uno. Los temas que se presentan con mayor frecuencia son: la violencia familiar, el acceso a la droga, la dependencia del alcohol y las depresiones por falta de trabajo.

“La diferencia de este proyecto es que, al estar impulsado por cristianos, además de ver la acuciante necesidad humana, se advierte en cada paciente una persona que representa a Jesucristo pidiendo ayuda para ser curado o aliviado en su enfermedad,” afirma María Ana.

La imagen de San Josemaría se encuentra en una de las paredes de la entrada, pero su mensaje está presente en cada ladrillo del centro recién inaugurado. A él quiso hacer referencia monseñor Suárez en el acto de inauguración: “San Josemaría tuvo siempre una gran sensibilidad para acercarse a los más necesitados”.

Además, el obispo agradeció “el trabajo silencioso, eficiente y fecundo” que supuso la construcción de este centro, fruto de las enseñanzas del fundador del Opus Dei, y remarcó: “Así deben ser las obras de los cristianos, calladas, porque lo más importante es la gran obra que se realiza adentro”.