Antonia Villablanca es una enfermera matrona de 30 años. Su historia está entrelazada con la Fundación Maisha, una iniciativa que nació en 2015 como resultado del encuentro entre Antonia y Domtila Ayot, una mujer keniana dedicada a cuidar a embarazadas en situaciones de vulnerabilidad en la población de Kibera.
Desde que Antonia conoció el proyecto de Domtila, quedó conmovida por el estado precario en el que vivían estas mujeres y las dificultades que enfrentaban como madres solteras. Maisha, que en swahili significa «vida», surgió como una colaboración entre Chile y Kenia para acompañar y ofrecer oportunidades de crecimiento a estas mujeres y jóvenes en contextos vulnerables.
🎥 La historia de Domtila (2016)
Hoy la Fundación tiene cuatro programas: “Acogida”, que brinda acompañamiento integral a mujeres embarazadas en crisis y a la fecha ha acogido a 255 mujeres; “Salud”, que garantiza atención sanitaria completa antes, durante y después del parto; “Educación Sexual y Afectiva”, para acompañar a niños, niñas y jóvenes en el desarrollo de una sexualidad sana; y “Sustentabilidad” que proporciona a las madres herramientas para mantener a sus familias de manera autónoma y segura.
Antonia cuenta la historia
Me llamo Antonia Villablanca, tengo 30 años y soy cofundadora de la Fundación Maisha como enfermera matrona. Siempre me ha apasionado el trabajo con mujeres. Yo creo que nunca me imaginé que iba a terminar trabajando en una Fundación en África, pero doy gracias a Dios por haberme puesto esto en el camino.
Maisha surge el año 2015 cuando haciendo un voluntariado en Kenia conocí a Domtila Yot, que es una africana que ha dedicado gran parte de su vida a acompañar a embarazadas con algún tipo de crisis, en una población llamada Kibera, en Nairobi. Cuando conocí el proyecto de acompañamiento de Domtila me conmovió profundamente la cruda realidad que viven estas mujeres: sin acompañamiento, en condiciones muy precarias y junto con todos los desafíos que significa ser madre soltera.
Maisha surge como una colaboración con esta iniciativa local para en conjunto dar respuesta a las necesidades de estas mujeres y de sus hijos. Actualmente la Fundación Maisha es una plataforma de acompañamiento para estas mujeres durante su embarazo y su post parto.
Ellas nos contactan por diferentes motivos: porque están en situación de calle o porque han sido víctimas de violencia intrafamiliar o porque no tienen el acceso a salud para controlar su embarazo. Lo que hace la Fundación entonces es acogerlas y brindarles todo lo necesario para que puedan llevar a cabo su embarazo de manera saludable.
La Fundación cuenta con un equipo local permanente allá en Kenia y con un equipo de voluntarios que trabajan en las diferentes áreas que ofrece la Fundación, que son: Acogida, Salud, Educación Sexual y Sustentabilidad.
Me inspira enormemente la valentía de esas mujeres y que hayan decidido llegar con su embarazo hasta el final a pesar de todas las dificultades. Es muy emocionante ver cómo ellas ingresan al centro con muchos temores, con crisis muy importantes y ver cómo egresan del programa mucho más confiadas, mucho más seguras y con las herramientas para poder cuidar a sus hijos.
Ha sido un camino muy desafiante pero muy bonito a la vez, ver cómo una iniciativa pequeña hoy en día es una Fundación mucho más sólida, más profesional, que genera mayor impacto y que ha llegado al corazón de muchas mujeres y de muchas familias.
Me inspira el mensaje de San Josemaría en Chile, cuando dijo «Soñad y os quedaréis cortos», y que nada es demasiado grande para Dios. Cuando uno piensa que lo que Dios te pide es demasiado grande o imposible de hacer me sirve recordar que para que este tipo de iniciativas ocurran no solamente depende de uno, sino que Dios permite que estas cosas pasen.
En este caso Dios permitió que un grupo de chilenos cruzaran la frontera para trabajar en otro continente y por eso creo que no hay que tenerle miedo a este tipo de desafío o a impulsar este tipo de iniciativas y atreverse a trabajar con los demás.