Escuela técnica de Secundaria y Preparatoria Palmares

Han pasado más de cuarenta y cinco años desde que nació Palmares, una escuela ubicada en el populoso barrio de Santa Teresita, cercano al antiguo centro de Guadalajara. En estos nueve lustros, la escuela ha atendido una población anual de casi un millar de personas: alumnas, padres de familia, profesoras, personal administrativo; chicas y familias completas del barrio y de otras poblaciones aledañas. de Secundaria y Preparatoria.

“En Palmares hemos acuñado un lema que nos gusta repetir –dice la Dra. Barreiro–: Quien educa a una mujer, construye una familia, quien construye una familia, construye México”.

El trabajo bien hecho

Desde sus inicios, Palmares se propuso poner en el centro de su oferta educativa la concepción del trabajo bien hecho como clave del desarrollo personal y social, y como medio y camino de santidad. “La idea de que el trabajo puede ser ocasión de servicio a los demás y lugar de encuentro con Dios –explica Luz María Barreiro, directora del centro–, procede de las enseñanzas de San Josemaría Escrivá de Balaguer, el fundador del Opus Dei. Toda nuestra actividad ha nacido y se desarrolla bajo el impulso de este santo sacerdote, quien movió a muchos hombres y mujeres de buena voluntad a crear iniciativas en beneficio de la familia en todo el mundo. Por eso, la formación que brindamos no solamente proporciona a las alumnas herramientas para el estudio y el trabajo profesional, sino también para vivir de acuerdo con la fe cristiana”.

Y añade: “El Consejo Superior de Palmares tiene un convenio con la Prelatura del Opus Dei por el que esta institución de la Iglesia católica se encarga de la atención espiritual de las alumnas y de sus familias”.

Las profesoras reciben capacitación en tres áreas: Antropología, Docencia y cuestiones relacionadas con la Adolescencia. Estos tres campos de estudio están organizados por Academias, que trabajan en proyectos interdisciplinares. El personal no docente colabora propiciando un ambiente acogedor y formativo, que ayuda a las estudiantes a hacer bien su trabajo y a tratarse con delicadeza. “En Palmares hemos acuñado un lema que nos gusta repetir –dice la Dra. Barreiro–: Quien educa a una mujer, construye una familia, quien construye una familia, construye México”.

El Patronato promotor cubre los gastos de operación administrativa y de formación de padres de familia, lo que supone un 40% del presupuesto.

Gestión económica

En México, las mujeres de escasos recursos económicos se ven obligadas a trabajar fuera del hogar a la vez que atienden a su familia. La situación en que se encuentran muchas de estas mujeres es difícil porque no cuentan con una preparación profesional adecuada. “Querríamos ayudar a tantas madres que se esfuerzan por sacar adelante a su marido y a sus hijos –dice Fanny Valdivia, encargada de la gestión administrativa de la Escuela–, por eso vemos nuestra escuela como un proyecto de desarrollo social que apoya a las familias y capacita a las alumnas para el trabajo, con un programa de certificaciones y asesoría en el inicio laboral”.

La familia Panduro Moreno se turna para atender el negocio de comida que tiene en el mercado. Tres de sus hijas han estudiado en Palmares.

Junto a los programas de estudio de Secundaria y Preparatoria, que marcan la Secretaría de Educación de Jalisco y la Universidad de Guadalajara, en Palmares se imparten asignaturas complementarias, como Administración del hogar, Corte y Confección de ropa, Cocina y Repostería; y se ofrece una certificación en Cómputo y Registros contables. Esta preparación extra permite que las alumnas, al salir de la escuela, estén en condiciones de gestionar actividades que generan ingresos económicos adicionales.

“Para cubrir la colegiatura, mi mamá vendía comida mexicana en la calle y era costurera. Como en Palmares aprendí muy bien Corte y Confección de ropa, continué capacitándome y ahora tengo mi propio negocio con el que me sostengo y ayudo a mi familia”, dice Catalina Hernández Gutiérrez.

El Patronato promotor cubre los gastos de operación administrativa y de formación de padres de familia, lo que supone un 40% del presupuesto. Las colegiaturas, que se designan a las alumnas después de realizar un estudio socioeconómico de sus familias, aportan el 60% restante. Sin embargo, este renglón no siempre es suficiente, por lo que con frecuencia se organizan actividades extraescolares que puedan dejar un remanente para cubrir los gastos.

La Escuela promueve también actividades de labor social dentro del mismo barrio (visitas a ancianos, a enfermos, a niños huérfanos) y programas de desarrollo en zonas rurales.

Corresponsables de la educación

Uno de los objetivos de Palmares es ayudar a los padres de las alumnas a asumir su papel de educadores. Los motiva para que sean gestores de su propio desarrollo, y para que eduquen en el amor a la vida, al trabajo y en el afán de servicio. Con este fin, muchos padres se organizan en Comisiones, como la Patrulla Escolar, que vela por la seguridad física; o las Comisiones de Cultura y Deportiva, que organizan eventos; o la de Medios de Comunicación, que sugiere revistas juveniles, películas y programas de radio y de televisión que pueden resultar interesantes para las familias.

Rosina y Arturo Valdés, actuales presidentes de la Comisión de Comunicación, ven en esta labor una forma de integrar el proyecto educativo de sus hijas al propio proyecto familiar, y también un medio para ayudar a sus parientes y vecinos.

Por la Escuela ya han pasado varias generaciones familiares: hijas y nietas que se sienten muy orgullosas de que su mamá o su abuela hayan estudiado en las mismas aulas que ellas ahora frecuentan.

“Mi marido y yo –añade Rosina– ofrecemos, además, consultoría familiar en la iglesia de Nuestra Señora de la Altagracia, cercana a nuestra casa. Ahí, por petición del sacerdote, hemos reproducido algunos de los talleres y cursos que recibimos en Palmares. En ocasiones, a raíz de esos encuentros, hemos sido invitados a hablar de estos temas en otros lugares a los que acudimos con gusto porque somos los primeros beneficiados, ya que esto nos ayuda mucho como matrimonio y como papás”.

El afán de mejorar se contagia. “Somos una familia numerosa –dice Juanita Talavera Valadez–, nuestras cuatro hijas estudian en Palmares. Mi esposo y yo trabajamos como multiplicadores en la Escuela para Padres. Además, integramos un grupo de matrimonios de la Colonia Nuevo México, a los que transmitimos la formación que recibimos y con ella también ayudamos a que otros solucionen algunos de sus problemas”.

Servicio a la comunidad

Durante estos 45 años, Palmares ha organizado actividades para mujeres que no tienen una relación directa con la Escuela. Muchas personas, provenientes de diversos puntos de la ciudad, participan en eventos deportivos extraescolares, talleres y exposiciones de arte, paseos y excursiones… Quienes lo desean, pueden tomar parte en clases y charlas de formación cristiana.

Curso sobre Matrimonio y Familia.

La Escuela promueve también actividades de labor social dentro del mismo barrio (visitas a ancianos, a enfermos, a niños huérfanos) y programas de desarrollo en zonas rurales de los alrededores de la ciudad.

A la vuelta de tantos años hay egresadas de Palmares trabajando en muy distintos campos. Por la Escuela ya han pasado varias generaciones familiares: hijas y nietas que se sienten muy orgullosas de que su mamá o su abuela hayan estudiado en las mismas aulas que ellas ahora frecuentan.

Un poco de historia

Impulsada por un Patronato formado por mujeres profesionales de la ciudad, la escuela nació en 1963 con el objetivo de facilitar que chicas de escasos recursos accedieran a una educación de calidad. El Patronato alquiló un local, donde al inicio se impartían cursos de auxiliar de Enfermería y clases de desarrollo humano.

Alumnas de Administración de Servicios en prácticas profesionales en la lavandería de un hotel.

En 1970 empezó la Secundaria, que tres años después se trasladó a su sede definitiva. En 1981 se incluyó el título de Profesora de Educación Preescolar a nivel técnico como salida profesional para las alumnas de Secundaria. Aunque estos estudios tuvieron una gran demanda, duraron sólo dos promociones, por un cambio en la legislación del país.

Entre 1988 y 1990, se ofreció la titulación de Técnica en Administración de Servicio de Alimentos y Alojamientos. En 1991, como respuesta a las necesidades de la comunidad, la escuela pasó a ser la actual Preparatoria, que incluye una especialidad en estos Servicios.

Samara Torres

Samara Torres, alumna de 6º de bachillerato, en el crucero donde toma el autobús para ir a Palmares.

– Me levanto a las cuatro de la mañana, cuando la casa está aún en penumbra. Trato de no hacer ruido para no despertar a mis hermanos pequeños ni a mis papás. Desayuno y voy a la estación central de autobuses de la Laguna de Chapala. A las cinco tengo que abordar el primero que salga rumbo a Guadalajara. En el camino ofrezco el día a Dios y le pido que pueda llegar a tiempo a clase. Ya en Guadalajara tomo otro transporte que me deja muy cerca de la escuela.

– ¿Por qué haces todo esto?

– Quiero estudiar medicina para ayudar a muchas personas a recuperar la salud. Y sé que el plan de estudios de Palmares me dará los conocimientos y preparación que necesito para ganar uno de los pocos lugares por los que hay que competir para ingresar a esa carrera en la Universidad de Guadalajara.

Oficina de información del Opus Dei en México