«Dejé las drogas y en el trabajo encontré a Jesús»

Vivía en el mundo de las drogas. Tocó fondo. Pasó por un proceso de rehabilitación. Volvió a la vida y al trabajo. Y Dios se le mostró en los vagabundos, en los sacramentos y en su trabajo en el almacén de un supermercado. La historia de Bruno, rapero y un hijo pródigo de 2022.

“Vengo de una familia marcada por las drogas”. Bruno revive el pasado con dificultad. Recuerda al hermano mayor que se fue de casa a los 14 años, al que echaba mucho de menos. Llevó una vida bohemia alejada de Dios y del estudio. “Cuando tenía 17 o 18 años solo quería estar en la calle para drogarme. Y no era una persona creyente, en absoluto”.

Vivía en la calle. Lejos de la familia, de los amigos y de Dios. En medio del vacío pidió algo grande: “Recuerdo perfectamente dirigirme al Cielo y pedir un milagro. Y todavía sucede hoy”. La vida no podía ser ese vacío que sentía.

Dejé las drogas y en el trabajo encontré a Jesús

La puerta de la esperanza: una segunda oportunidad

Bruno buscó ayuda. Era consciente de que no podía salir de la drogadicción solo. A los 19 años descubrió Vale de Acór, una institución que desde 1994 se dedica a la reinserción social de drogodependientes*.

Fue entonces cuando Bruno volvió a sentir el calor de la amistad y supo que la vida realmente valía la pena. En esta asociación conoció a Salvador, uno de los voluntarios. Conmovido por la experiencia en esta institución, Salvador había fundado la Asociación Más Juntos para llevar voluntarios a visitar a personas sin hogar en Lisboa: “conocí a Bruno de forma muy natural. Crecimos en amistad, y un día lo reté a que saliera a la calle con nosotros”, cuenta Salvador.

Bruno había abandonado por completo el consumo de estupefacientes y aceptó la invitación: “a través de Salvador pude estar con gente que vivía en la calle. Y con realidades idénticas a la mía”, explica Bruno, para quien “ayudar a una persona que está en una realidad similar a la mía es el propósito de mi vida”.

Encontré a Dios en las personas sin hogar y en el trabajo

Encontré a Dios en las personas sin hogar y en el trabajo

Bruno sigue siendo voluntario. Sabe que en cada vagabundo puede encontrar otro “Bruno”. Y ha aprendido que en los pobres y marginados también puede encontrar a Dios. Así inició un camino de conversión con la ayuda de la formación cristiana que ofrece el Opus Dei. Participó en momentos de oración y en retiros mensuales y descubrió la importancia de tener un director espiritual que lo ayudara a hacer “reflexiones serias sobre el sentido de la vida y la importancia del trabajo. La insistencia en el trabajo me tocó mucho”.

Bruno ahora trabaja de noche en un supermercado de Lisboa, en una actividad muy solitaria. Reconoce que al principio “allí era muy vago: sólo pensaba en el dinero”. Un día “Salvador me envió la homilía de san Josemaría Escrivá, Trabajo de Dios. Esa homilía me tocó mucho por el simple hecho de afirmar que es en el trabajo donde puedo encontrar a Jesús. Tengo la oportunidad de trabajar con los auriculares, escuchando música muchas veces. Pero en otras vuelvo a escuchar esta homilía. ¿Y por qué lo hago? Porque me permite tener un diálogo con Jesús. Un diálogo que normalmente no tendría”.

Los días y las noches de trabajo de Bruno están llenos de amigos, visitas a personas sin hogar y en un enorme deseo de ayudar a otras personas a encontrar su camino en la vida. 

Eso es lo que él también busca en sus canciones. A Bruno le gusta escribir y cantar rap: “quiero transmitir el mensaje de lo que viví y enfocarme en letras autobiográficas para que la gente se identifique con mi historia”.


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Textos sugeridos para reflexionar con esta historia

1. También somos hijos de Dios cuando trabajamos

Frente a esa visión chata, egoísta, rastrera, tú y yo hemos de recordarnos y de recordar a los demás que somos hijos de Dios (…). Os aseguro que, si nos empeñamos diariamente en considerar así nuestras obligaciones personales, como un requerimiento divino, aprenderemos a terminar la tarea con la mayor perfección humana y sobrenatural de que seamos capaces.

Trabajo de Dios. Homilía en audio de san Josemaría

2. El ejemplo del Buen Samaritano

En la encíclica Fratelli tutti el Papa nos invita a mirar el ejemplo del Buen Samaritano. Es un texto que nos invita a reavivar nuestra vocación de ciudadanos de nuestro propio país y del mundo entero, constructores de un nuevo lazo social. (…) Con sus gestos, el Buen Samaritano mostró que “la existencia de cada uno de nosotros está ligada a la de los demás: la vida no es un tiempo que pasa, sino un tiempo de encuentro”.

Encíclica del Papa Francisco Fratelli tutti

3. Las iniciativas solidarias pertenecen al núcleo del Evangelio

En las actividades formativas del Opus Dei “es bueno favorecer el ejercicio de las obras de misericordia espirituales y corporales, siguiendo la enseñanza constante de la Iglesia, la experiencia de san Josemaría, y el ejemplo y las palabras del Papa Francisco. Las actividades y las iniciativas personales relacionadas con la solidaridad, el servicio a los necesitados y la responsabilidad social, no son algo coyuntural ni marginal, sino que se encuentran en el núcleo del Evangelio.”

Carta del Prelado, 14/02/2017

* Valle de Acór es el nombre de una zona en las afueras de Jericó (Israel), donde sucedió algo dramático que leemos en la Historia de la Salvación: Acâ y su familia fueron apedreados, como castigo y consecuencia de su codicia e idolatría (cfr. Libro de Josué, cap. 7). Sin embargo, será en este mismo Valle de Acor donde el Señor abrirá una "Puerta de la Esperanza" (Os 2, 17) y es probable que este valle haya sido el lugar donde el Buen Samaritano encontró al pobre que yacía por el camino