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Naomi y Wendy, que han sido amigas durante casi dos décadas, se conocieron en la escuela primaria cuando ambas tenían cuatro años. Su amistad floreció al compartir intereses comunes y un gran sentido del humor. Con los años, pasaron juntas por diversas etapas de la vida, incluyendo la niñez, la adolescencia y ahora la adultez.

Nunca habían tenido una pelea ni pasado una semana sin hablar hasta que se graduaron de la universidad y sus vidas empezaron a cambiar.

Después de la universidad, Naomi se mudó a otra ciudad para trabajar en una firma de servicios financieros, mientras Wendy siguió viviendo en su pequeño pueblo. Naomi era la persona más joven en la firma y siempre sentía que tenía que quedarse hasta tarde y trabajar más duro para demostrar que merecía el puesto. Para cuando llegaba a casa por la noche, estaba demasiado cansada para hacer algo más que calentar la cena en el microondas, escuchar música e irse a dormir. Mientras tanto, Wendy se sentía aislada sin Naomi y se dio cuenta de que tenía muy pocos amigos cercanos.

Con el tiempo, la comunicación entre ellas se volvió cada vez más tensa. Wendy siempre había sido quien organizaba los momentos para hablar, pero le molestaba que Naomi nunca la llamara primero y a menudo cancelara sus conversaciones. Wendy dejó de intentar reprogramar después de que Naomi cancelara, asumiendo que su amiga la buscaría si realmente le importaba su relación.

Naomi se sentía sola y agotada, pero no quería pedir ayuda a la amiga que había dejado de buscarla. Empezó a hacer comentarios pasivo-agresivos sobre lo afortunada que era Wendy por haberse quedado en su pueblo natal y cómo ella ya no necesitaba a sus viejos amigos. Wendy nunca había sido buena para la confrontación, y puso excusas para no reunirse cuando Naomi volvió al pueblo el fin de semana siguiente.

Comenzaron a distanciarse emocional, física y mentalmente.

Finalmente, Naomi se dio cuenta de que su amistad con Wendy era demasiado valiosa para perderla. Le envió un mensaje a Wendy para agendar una videollamada, diciéndole que tenía miedo de perder su amistad y quería tener una conversación honesta al respecto.


Preguntas para la discusión:

  • Si fueras Naomi, ¿cómo te prepararías para la videollamada? ¿Y si fueras Wendy?
  • Cómo ayudarías a una persona como Wendy, que no le gusta la confrontación, a expresar libremente sus preocupaciones? ¿Has tenido experiencias personales de tener que enfrentar problemas en una amistad para fortalecerla?
  • ¿Qué límites y expectativas deben establecerse y compartirse para que las amistades sigan siendo sanas y satisfactorias con el tiempo?
  • ¿Cómo crees que la duración de una amistad influye en su importancia y en el esfuerzo que ponemos en mantenerla?