Jaume Pujol Balcells ha sido consagrado arzobispo de la archidiócesis de Tarragona el pasado domingo en una ceremonia en la que estuvo acompañado de sacerdotes y fieles.
Pujol dijo que "los cristianos tenemos respuesta, no recetas, a las cuestiones que se plantean las personas y la sociedad. Queremos aportar a esta sociedad, tantas veces materialista, la vida del Espíritu, el sentido de la trascendencia, la luz de la fe".
"Tenemos el bonito deber de amar a los demás como Cristo nos ha amado. Y amar es perdonar, disculpar y sobre todo comprender. Es ayudar y decir las cosas, porque cuando se ama a una persona se le dice lo que no va bien, como hacen un padre o una madre con sus hijos", añadió.
En su homilía, Mons. Jaume Pujol mencionó como objetivo las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada, la promoción del laicado, el trabajo con los jóvenes, y la colegialidad, con un gobierno «basado en el diálogo, en aprender de todos, en ser arzobispo de todos siempre dentro de la identidad de la Iglesia de Cristo».
Treinta obispos, entre los que se encontraban el nuncio Manuel Monteiro de Castro; el anterior arzobispo de Tarragona, Lluís Martínez Sistach; el Prelado del Opus Dei, Javier Echevarría; y los obispos de La Seu d'Urgell y de Tortosa entre otros, impusieron las manos sobre la cabeza de Jaume Pujol.
Pastor de honda raigambre catalana
Mn. Jaume Pujol Nació el 8 de febrero de 1944 en Guissona (Lleida) en una familia catalana de honda raigambre cristiana.
Fue ordenado sacerdote el 5 de agosto de 1973. Es doctor en Teología y en Ciencias de la Educación. Pertenece al Opus Dei desde su juventud y ha ejercido durante muchos años la docencia universitaria. Es autor de 23 libros y numerosos artículos en revistas especializadas. Sus numerosos libros y estudios, como El nou Directori General per a la Catequesi, son muy conocidos en el ámbito de la pastoral.
Ha sido miembro del Consejo Asesor de Catequesis de la Conferencia Episcopal Española. Ha impartido más de 300 cursos para la formación de catequistas y profesores de religión de todo el mundo; y ha dirigido durante años el Colegio Mayor Juan Pablo II, donde viven y estudian sacerdotes de los cinco continentes.
La relación entre el nuevo arzobispo y el Opus Dei
La principal aportación de la Prelatura del Opus Dei es una voluntad de servicio a las necesidades apostólicas de la Iglesia universal y de las iglesias locales, siempre con el consentimiento y en armonía con el obispo diocesano.
En este sentido, el Opus Dei pretende contribuir a la formación de los fieles laicos para que desarrollen, cada uno en su propio lugar en la Iglesia y en el mundo, una actividad apostólica multiforme, apoyando la tarea evangelizadora de los pastores y promoviendo a su alrededor el mensaje conciliar de la llamada universal a la santidad. Cuando un sacerdote de su clero es nombrado obispo, acoge este nombramiento como una ocasión de servir a todos los fieles que le son confiados.
Cuando un sacerdote incardinado en una diócesis –en este caso, en una Prelatura personal- es nombrado obispo de otra diócesis, entra a formar parte del Colegio Episcopal, en comunión con los demás prelados y en unión y bajo la autoridad del Romano Pontífice.
Por tanto, el nuevo arzobispo seguirá viviendo el espíritu y las enseñanzas de san Josemaría, pero sin dependencia jurídica del Prelado del Opus Dei: actuará en su diócesis con plena libertad y responsabilidad personal, dando cuentas de su labor tan sólo al Papa.