Fracturas en las manos y en la columna vertebral

Sufrí un accidente y era poco probable que pudiera volver a mis quehaceres ordinarios. Entonces pedí ayuda a Guadalupe Ortiz de Landázuri...

Photo: (CC) Jeremy Jap — Unsplash

Soy ingeniero de profesión. He dedicado la mayor parte de mi vida profesional al servicio público de agua potable en una pequeña ciudad del noroeste de México, área semidesértica con muchísimos problemas para el abastecimiento.

A finales de abril del presente año, sufrí un accidente en labores propias del servicio, con múltiples quebraduras en las manos y en la columna vertebral

A finales de abril del presente año, sufrí un accidente en labores propias del servicio, con múltiples quebraduras en las manos y en la columna vertebral. Superadas las intervenciones quirúrgicas, el pronóstico era poco favorable para volver a una vida normal. El primer impacto personal fue que tendría que permanecer por un mes en cama sin levantarme para nada —algo para mí impensable e imposible, acostumbrado siempre a la actividad— para dar tiempo a que sanara una lesión en el sacro. Ante tal panorama, me preparé mentalmente para programar en qué utilizaría ese tiempo, no fue difícil. Incluí más tiempo para la lectura y la oración.

En ese mismo tiempo nos llegó la información de que a Lupita Ortiz se la declaraba venerable. Miré su estampa y, sin pensarlo mucho, le dije: “Mira Lupita —con la confianza de un hermano—, por la gracia de Dios conociste México, llevas el nombre de nuestra Santísima Madre de Guadalupe y, aunque en diferentes tiempos, nos tocó quizá andar por caminos comunes. Tú necesitas de oraciones y yo necesito de tu intercesión para que pueda volver a mi trabajo y dar tranquilidad a mi familia”. Le ofrecí, a partir de esos primeros días de mayo, hacer una novena en su honor.

Tú necesitas de oraciones y yo necesito de tu intercesión para que pueda volver a mi trabajo y dar tranquilidad a mi familia

A finales del mes, en una revisión de rutina, el doctor me dio la noticia de que podía regresar a mi trabajo antes del tiempo previsto. Fue una sorpresa para el mismo doctor y para mis compañeros de trabajo: la recuperación había ido mejor de lo esperado. Estoy agradecido por la intervención de Guadalupe ante Dios Nuestro Señor. Su ejemplo de vida, trabajo y alegría me acompañan siempre como guía y camino hacia Dios. Actualmente —ya totalmente recuperado— realizo mis actividades en forma normal. Gracias también a las oraciones de una gran cantidad de amigos y sacerdotes.

R.G.F., México, septiembre de 2017

Clic aquí para enviar el relato de un favor recibido.

Clic aquí para hacer un donativo.