Un favor en el cumpleaños del beato Álvaro del Portillo

Dios le concedió al beato Álvaro una fe grande, gran capacidad de trabajo y una profunda serenidad, especialmente en los momentos más difíciles. En este relato, la protagonista acude a su intercesión luego de un diagnóstico médico desalentador.

El 27 de diciembre de 2020 ingresé en el hospital con un cuadro de dolor abdominal intenso. En las pruebas realizadas ese día se detectó líquido en la cavidad abdominal y algunos cambios en el peritoneo. Me hospitalizaron y más tarde me sometieron a una operación en la que la biopsia identificó un cáncer grave. Me dieron el alta, pero en seguida debía comenzar la quimioterapia. Sin embargo, dos días después comencé a sentirme mal de nuevo y fui hospitalizada otra vez.

dos días después comencé a sentirme mal de nuevo y fui hospitalizada otra vez

En ese momento, un amigo me preguntó a quién podíamos rezar por mi curación. Inmediatamente pensé en don Álvaro. A partir de ese momento, hubo una intensa movilización de personas que le pidieron por mi curación: familiares, amigos, etc.

Pasé 60 días en el hospital. Durante ese periodo, además de comenzar la quimioterapia, me sometí a otra operación porque no podía comer y tenía complicaciones muy serias. Incluso después de la cirugía, estos síntomas continuaron.

Seguimos rezando intensamente al beato Álvaro. No podía alimentarme y me realizaron varias intervenciones para poder recibir la nutrición, pero seguía sin encontrarme bien.

El 19 de febrero recé nuevamente, pidiéndole que para el 11 de marzo (su dies natalis), consiguiese tomar la cantidad necesaria de alimento y pudiese recibir el alta hospitalaria. Poco a poco la dieta fue aumentando y empecé a comer por vía oral. El 8 de marzo me dieron el alta. Después de tres sesiones de quimioterapia me iban a operar de nuevo para terminar de "atacar las células cancerosas". 

Estoy segura de que el beato Álvaro siguió intercediendo por mí, porque tampoco fue necesario hacer esa cirugía. Mi organismo reaccionó muy bien a la quimioterapia. También noté la presencia de don Álvaro en mi estado de ánimo, ya que conseguí mantenerme serena durante todo ese tiempo.

Estoy segura de que don Álvaro siguió intercediendo por mí

Cinco meses después del alta hospitalaria, habiendo terminado las sesiones de quimioterapia, recuperé mi peso, volví a trabajar y me siento curada, aunque todavía requiero un seguimiento permanente.

Sólo me queda agradecer a don Álvaro y a las muchas personas que rezaron por mí, pidiendo su intervención para mi completa curación.

M. C. D. – Brasil.


También puede comunicar la gracia que se le ha concedido mediante correo postal a la Oficina de las causas de los santos de la prelatura del Opus Dei (Calle Diego de León, 14, 28006 Madrid, España) o a través del correo electrónico ocs.es@opusdei.org​.

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