“Cuando le insistes, Don Álvaro se luce”

Jaime buscaba un departamento donde vivir en Lima y poner en alquiler su casa de Piura. No se le ocurrió mejor idea que acudir con su familia a la intercesión del beato Álvaro del Portillo. “Cuando le insistes, Don Álvaro se luce”, le decía un amigo. Aquí su historia.

Mi familia estaba pasando por un momento crítico. La vuelta a la presencialidad post-pandemia nos obligaba a separarnos temporalmente en dos “bloques”. Mis dos hijas en Lima con mi esposa, y yo con mi hijo en Piura, esperando se acomodaran temas económicos y poder estar todos juntos nuevamente.

Teníamos ya prácticamente cerrado el trato de alquiler de un departamento donde podíamos vivir en Lima para mi esposa y mis hijas, y que pudiera acogernos también en las visitas de fin de semana que planeábamos con mi hijo.

Nos encomendamos a Don Álvaro, y mi esposa me hizo recordar que siempre hemos recurrido a su ayuda en temas económicos y materiales, ¡y vaya que nos ha ayudado!

Sin embargo, el día 11 de marzo, cumpleaños del beato Álvaro, el propietario de ese departamento cambió intempestivamente las condiciones, lo que hizo que deshiciéramos el trato. Para el día siguiente por la mañana teníamos ya programado un viaje a Lima, en el que iría a instalar a mi esposa y mis hijas, y ahora nos encontrábamos sin lugar a donde poder llegar. Nos encomendamos a Don Álvaro, y mi esposa me hizo recordar que siempre hemos recurrido a su ayuda en temas económicos y materiales, ¡y vaya que nos ha ayudado!

Así, con confianza en Dios y que el tema se resolvería favorablemente, viajamos a Lima la mañana del sábado 12 de marzo -previendo un alojamiento temporal-, mientras tanto, seguíamos encomendando este tema esencial, a Don Álvaro, rezando la estampa del beato y cada uno encomendándole nuestro asunto de vital importancia para la familia.

Paralelamente, los temas económicos se acomodaron, lo que nos permitía que estuviéramos todos juntos en Lima... y así cambiaba todo el panorama respecto a la vivienda que necesitaríamos… Ahora, ese día y ya en Lima, teníamos que encontrar un lugar para vivir, dar en alquiler nuestra casa en Piura, y organizar toda la mudanza, con poquísimo tiempo para todo. No era poca cosa, indudablemente.

Así, el mismo día 12 de marzo, aproximadamente a las 4 de la tarde, visitamos un departamento que resultaba ideal: una renta razonable, amplio, apenas a unas tres o cuatro calles del colegio de mi hijo el varón, y a dos calles del Centro del Opus Dei que ambos (mi hijo y yo) frecuentamos en Lima.

Agradecimos a Don Álvaro el favor, segurísimos de que su intercesión había sido determinante… pero como dice un amigo mío, “cuando le insistes, Don Álvaro, se luce”

Agradecimos a Don Álvaro el favor, segurísimos de que su intercesión había sido determinante… pero como dice un amigo mío, “cuando le insistes, Don Álvaro, se luce”, así que insistimos… nos mudamos sin contratiempos y estamos todos juntos en Lima, y, además, logramos alquilar nuestra casa en Piura también con una rapidez absolutamente inusual para el actual mercado inmobiliario. Agradecemos a Don Álvaro su intercesión, y seguimos encomendándole nuestros asuntos “materiales”.


También puede comunicar la gracia que se le ha concedido mediante correo postal a la Oficina de las causas de los santos de la prelatura del Opus Dei (Calle Diego de León, 14, 28006 Madrid, España) o a través del correo electrónico ocs.es@opusdei.org​.

Clic aquí para hacer un donativo. En alternativa puede enviar una aportación por transferencia a la cuenta bancaria de la Asociación de Cooperadores del Opus Dei con IBAN número ES53 2100 1547 7502 0024 4065 y BIC, CAIXESBBXXX en La Caixa (agencia urbana de la calle Cartagena, 4, 28028 Madrid, España).

Jaime B. Talledo De Lama