Para Atty Muci, supernumeraria del Opus Dei, los libros son un hito en su vida. “Desde pequeña era ratón de biblioteca. Lamentablemente, cuando fui creciendo, me fui distanciando de Dios; a la vez, cayeron en mis manos libros que me enredaron. Tenía ansias de un ser trascendente, pero algunas lecturas me decían que era yo quien tenía el poder... ¿Y Dios?, me preguntaba”.
Pero precisamente en y a través de los libros, Atty encontró un horizonte diferente. “Estaba realmente confundida... decidí ir al psiquiatra y me dijo que ni un libro más de esos. Por esa misma fecha, fui a un médico -yo no sabía que era del Opus Dei- y en su consultorio tomé una Hoja Informativa (una publicación sobre las actividades del Opus Dei y diversos aspectos doctrinales). Lo que leí allí me parecía lo más maravilloso que había visto en mi vida... descubrí horizontes muy claros. Ese día, la esposa del doctor, que se daba cuenta de mi gran confusión, me recomendó entonces acudir a un sacerdote de la Obra; él me ayudó a unir mi vida diaria con mi vida espiritual... a encontrar a Dios.
Siempre los libros
“Al mismo tiempo que me empecé a dirigir con un sacerdote del Opus Dei, decidí ir a las librerías Paulinas para buscar libros con doctrina segura. Cada jueves pasaba por la librería y luego le recomendaba a las personas que conocía la literatura que había encontrado allí; me di cuenta que tenía algo que aportar. Al poco tiempo, pedí ser de la Obra. Era el año 2000. Cuando mi mamá se enfermó de cáncer fui a Caracas y allí conocí a una persona que tiene mucha experiencia en eso de los libros y me orientó. Como mi pasión eran los libros, pensé: si pueden hacer tanto bien, ¿por qué no montar una librería con la que pueda ayudar a más gente?
La librería empezó en el 2005, y el primero de abril de 2006 se formó Altikos como la tienda ya formal. Así encontré el modo de canalizar una inquietud que siempre había tenido...”
La librería de Atty es un lugar pequeño y acogedor, bien iluminado y con una gran variedad de libros. Uno de los espacios está adaptado para recibir a las visitas que van a las diversas actividades que desde Altikos se realizan. Allí se desarrolló la entrevista.
¿Y cuál ha sido la experiencia?
“Personalmente ha sido una experiencia de libertad. Ahora yo tengo más para escoger. Ahora leo lo que quiero, pero lo más importante es que sé lo que quiero.... tengo más libertad. De cara a los clientes, creo que lo importante es recomendar lo que es bueno para la salud del alma. Por mi experiencia propia, pienso que un poquito de criterio para decirle a las personas cuáles son esas cosas que necesitan y les hacen bien.
Mi gran pasión es que la gente se instruya, que conozca la buena doctrina de la Iglesia Católica. Esa es una de las pasiones del Opus Dei, dar doctrina. Y, por supuesto, para mí, que soy del Opus Dei, es también mi pasión dominante y mi trabajo profesional”.
¿Y los inicios?
“Tuve mucha suerte porque usé un local que mi mamá tenía en un centro comercial de Valencia. Aparte del local y de algunos detalles, no tenía nada más, fue un trabajo de muy poco a poco: por ejemplo, el escritorio me lo regaló una amiga y lo recuperamos con barniz, betún... hasta el último detalle ha sido producto de mucho trabajo.
Cuando decidí lanzarme, muchas personas lo vieron como un riesgo. Atty, me decían, haz primero un estudio de mercado. La verdad es que todos los pronósticos eran oscuros. Pero mi esposo me apoyaba y yo tenía mucha fe, tenía demasiada confianza en Papá-Dios.
Claro que se trataba de una aventura porque yo no tenía la experiencia de llevar un negocio. Pero estaba segura que esto era para Dios... y eso amarra, eso te hace más responsable, es un compromiso”.
La mayoría de las personas vienen buscando a Dios o algo que les ayude espiritualmente. Procuro atenderlos con cariño, que se sientan queridos. La gente tiene mucha necesidad de ser oída. He aprendido a oír con los ojos.
¿Y los clientes?
“Por las características de la librería, la mayoría de las personas vienen buscando a Dios o algo que les ayude espiritualmente. Procuro atenderlos con mucho cariño, que se sientan queridos. La gente tiene mucha necesidad de ser oída. He aprendido a oír con los ojos. Muchos te dicen: gracias por escucharme, porque muchas veces no se trata sólo de vender libros, sino de orientar a la gente. Sé que los libros tienen mucho poder, porque son ideas, doctrinas, filosofías, y en esta librería procuro ofrecer siempre buenos títulos”.
¿Y le da tiempo para todo?
“A veces pienso que no llego, porque atiendo la librería sola, pero siempre hay tiempo. Mis dos hijas están grandes. Una tiene 21 y la otra 22. Gracias a Dios, desde aquí se llega a mucho: tenemos círculos de lectura, escogemos un libro y una vez a la semana lo analizamos; hacemos cursos básicos de doctrina católica; cine-forums, entre otras cosas. Uno de mis proyectos es empezar unas clases para niños pequeños, para que conozcan a Dios desde muy jovencitos.
Es gracioso, pero también presto servicio a domicilio. Le llevo los libros a todo el mundo: desde a mis amigas “vagas”, hasta a las viejitas que no tienen cómo moverse. Tengo unas listas en Internet para que la gente sepa qué libros tengo y me los puedan pedir. Tengo clientes en toda Venezuela y hago despachos a todo el país. Parece mentira, pero de verdad que se pueden hacer muchas cosas. Aprovecho las “colas” de las personas conocidas que van a esos lugares o el servicio comercial”.
Altikos, según cuenta Atty, ha sido su modo de lanzar las redes: “En el año 2000, año del Gran Jubileo, el Papa Juan Pablo II hablaba de echar las redes. Pensé que la librería sería mi red, mi modo de lanzar esas redes que el Santo Padre le estaba pidiendo, y aún le pide, a todos los cristianos.