Malina aprendió a llevarse bien con musulmanes, ateos y cristianos en su propia familia. "Mi familia es un ejemplo de la mezcla de culturas y religiones que existen en mi país, Malasia", dice ella. Su padre es ateo, su madre es católica y sus hermanas se convirtieron al islam. Ella decidió bautizarse a los 16 años. Ese fue el comienzo de una búsqueda que la llevaría al Opus Dei como numeraria auxiliar.