Con la cabeza en el cielo y los pies en la tierra
Conoció a San Josemaría a través de una estampa rezando para salvar los exámenes de Preparatorio en diciembre. Y luego descubrió el Opus Dei. Hoy no se deja de sorprender de las seguridades y alegrías que brinda el espíritu de la Obra porque hace que uno tenga los pies bien en la tierra pero la cabeza en el cielo
" Descubrí que sirviendo a los demás, servía a Dios"
Comenzó a estudiar Psicología pero se percató que esa carrera no la “llenaba” en absoluto. Fue a una promoción rural y se planteó la enfermería como profesión, aunque los prejuicios sobre el prestigio de esa tarea la frenaban. Al final derribó sus dudas con la ayuda de la visión del servicio a los enfermos que tenía el fundador del Opus Dei
La historia de una conversión en el PRE/U
Cuando estaba en el liceo, era una convencida que el catolicismo tomado en serio no era algo para ella: “tenía una armadura a prueba de fe”, dice.. Es más, sostiene haber logrado cansar a su insistente madre, hasta que decidió hacer los últimos años de liceo en el PRE/U, donde a través de una amiga y un amigo se le fueron quitando “todos los prejuicios sobre los católicos y el Opus Dei”
Luchar por ser santo en Pueblo Risso
Terminó el liceo y viajó de Soriano a Montevideo para estudiar; vivió en una residencia universitaria del Opus Dei y se sorprendió de la libertad, del ambiente agradable, de la alegría: con el tiempo a todo le encontró una misma respuesta: San Josemaría Escrivá. Hoy, como productor rural, lucha por ser buen cristiano en un establecimiento rural en Pueblo Risso
El noviazgo y el matrimonio son una "aventura genial"
Se pusieron de novios conociendo ya el espíritu del Opus Dei, lucharon por vivir un noviazgo respetándose el uno al otro aunque ello supusiese ir contracorriente; ahora son padres de una niña y van por más siendo conscientes de que están en una “aventura genial” y que Dios les pedirá cuenta por haber “conocido” a San Josemaría
Ganar el pan con el sudor de la frente, sencilla fórmula aplicada por Escrivá
Periodista radial y de prensa escrita vinculado al sector agropecuario, se crió imbuido por el espíritu salesiano. Por diferentes medios conoció el Opus Dei y hoy se alegra de la canonización de Josemaría Escrivá por la actualidad de su mensaje y por su propuesta simple de transformar el trabajo en una razón de perfeccionamiento profesional
“Aprendí a hablarle a Jesús de tú a Tú"
A los 19 años su novio la ayudó en su conversión al cristianismo: dice que ahí su vida dio un vuelco. Años más tarde, ya con cinco hijos, conoció el Opus Dei y volvió a tener una nueva “conversión”. Hoy dice que está feliz y asegura que va por el mundo tratando de contagiar esa alegría
Me esfuerzo por quitar de mis palabras el "no puedo”
Concurrió al CADI –un centro de promoción social en un barrio carenciado- para realizar una suplencia como maestra y terminó siendo cooperadora del Opus Dei. Hoy, ya jubilada, sigue yendo todas las semanas desde el Buceo a Casavalle para “dar una mano” con las niñas
“Siempre noto el cariño que me dan"
Decidió participar en un coro y allí conoció a algunos miembros del Opus Dei. Ya con tres hijos, la lectura de los escritos de Escrivá de Balaguer le mostraron que debía profundizar más el camino que comenzaba a aparecer ante sus ojos
“Escrivá siempre decía que sus dos grandes amores eran judíos”
Hija de madre judía y padre católico de “cabeza atea”, se formó en un colegio evangelista-metodista. Luego conoció el Opus Dei y se convirtió al catolicismo. De San Josemaría destaca lo que siempre el fundador del Opus Dei repetía respecto a la raza hebrea: que los dos grandes amores de su vida eran judíos: Jesucristo y su madre, Santa María.