Mi nombre es Pedro, soy Ingeniero Técnico Agrícola y trabajo en el Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Sevilla. Estoy casado, tengo cuatro hijos y procuro que la convivencia en mi casa sea una expresión más de mi relación con Dios y del espíritu del Opus Dei.
Conocí a la Obra desde pequeño porque mis padres eran supernumerarios y desde pequeño estudié en un colegio de Fomento. En el año 1988 pedí la admisión como supernumerario del Opus Dei.
Como Técnico del Servicio de Parques y Jardines mi labor es llevar a cabo la conservación y el mantenimiento de los espacios verdes de la ciudad. En el día a día, en el trabajo y en el reto que significan las labores y proyectos que desarrollo a lo largo del día, uno de los recursos que utilizo personalmente es pensar cómo Jesús podría abordar todos esos retos.
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Luego está la faceta humana del contacto con los compañeros, jefes, vecinos que vienen a hacer reclamaciones o peticiones sobre la ciudad; y en este aspecto lo que procuro hacer es tener un trato lo más natural posible y, sobre todo, aplicando cariño con ellos, algo que da buen resultado pues se establece un trato humano y de calidad, tanto laboral como con la persona que viene a visitar el servicio.
Para mí, es inspiradora la Encíclica Laudato Si del Papa Francisco, pues uno de los temas fundamentales que trata es la responsabilidad que tenemos todos con el cuidado de la naturaleza.
En una despedida de un jefe se le hizo un homenaje por su jubilación, y en la comida se le hicieron unos regalos. Un capataz le entregó un paquete y cuando mi jefe lo desenvolvió, apareció un crucifijo grande y se emocionó y comentó señalando al crucifijo: “Éste me ha acompañado durante toda mi vida laboral, en los buenos y en los malos momentos”. Fue un testimonio que me gustó mucho.