La misericordia es lo que más desea Dios

Un día después de la apertura de la Puerta Santa el Papa explicó en la audiencia general por qué decidió convocar este Jubileo. Dijo que no se trataba simplemente de hacer algo que pudiera hacer bien a la Iglesia sino que era algo necesario por dos motivos: En primer lugar para hacer ver al mundo la necesidad que tiene de perdón y en segundo lugar para mostrar las ganas que Dios tiene de perdonarlo.

Queridos hermanos y hermanas:

Ayer abrí aquí, en la Basílica de San Pedro, la Puerta Santa del Jubileo Extraordinario de la Misericordia. ¿Qué significa este Año Santo? Celebrar un Jubileo de la Misericordia significa poner en el centro de nuestra vida personal y de nuestras comunidades el contenido esencial del Evangelio: Jesucristo.

Él es la Misericordia hecha carne, que hace visible para nosotros el gran Amor de Dios. Se trata pues de una ocasión única para experimentar en nuestra vida el perdón de Dios, su presencia y su cercanía, especialmente en los momentos de mayor necesidad.

Celebrar un Jubileo de la Misericordia significa poner en el centro de nuestra vida personal y de nuestras comunidades el contenido esencial del Evangelio: Jesucristo

Además, significa aprender que el perdón y la misericordia es lo que más desea Dios, y lo que más necesita el mundo, sobre todo en un momento como el actual en el que se perdona tan poco, en la sociedad, en las instituciones, en el trabajo y también en la familia.

Necesitamos reconocer que somos pecadores, para que se fortalezca en nosotros la certeza de la misericordia de Dios

Pero, frente a tantas necesidades en el mundo, ¿es suficiente con contemplar la misericordia de Dios? Ciertamente, hay mucho que hacer. Pero, hay que tener en cuenta que la raíz de la falta de misericordia está en el amor propio, que se reviste bajo el manto de la búsqueda del propio interés, de los placeres, los honores y las riquezas.

También en la vida de los cristianos está presente bajo el aspecto de la hipocresía y de la mundanidad. Por eso, todos, necesitamos reconocer que somos pecadores, para que se fortalezca en nosotros la certeza de la misericordia de Dios.


Saludos

Saludo a los peregrinos de lengua española, en particular a los grupos provenientes de España y Latinoamérica. Que la Virgen María, Madre del Salvador y madre nuestra, nos ayude para que en este Año Santo podamos experimentar la misericordia de Dios y manifestarla a los demás. Muchas gracias.


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