Miles de estudiantes de las facultades de las universidades romanas, delegados de otras universidades europeas y representantes religiosos y civiles participaron en la Santa Misa que el Papa tiene todos los años con los estudiantes de las universidades de Roma.

"Queridos universitarios", afirmó durante la homilía, "estamos en el Año de la Eucaristía y en preparación de la Jornada Mundial de la Juventud. Estáis reflexionando sobre el tema: 'Eucaristía y verdad del ser humano'. Es un tema exigente. Efectivamente, el misterio eucarístico nos empuja a verificar la verdad de nuestra fe, de nuestra esperanza y de nuestra caridad. No podemos permanecer indiferentes cuando Cristo dice: 'Yo soy el pan de vida que ha bajado del cielo' .En nuestras conciencias brota inmediatamente la pregunta que nos plantea: '¿Crees que soy yo?, ¿Lo crees de verdad?'. A la luz de sus palabras: 'Si alguno come de este pan vivirá eternamente', no podemos dejar de interrogarnos sobre el sentido y el valor de nuestra vida cotidiana".

El Papa recordó que el amor más grande era del de Cristo, "inmolado por la vida del mundo", y en este contexto afirmó que debíamos preguntarnos si vivimos para los demás: "¿Mi existencia, mi humanidad, es para alguien? ¿Está llena del amor de Dios y de la caridad por el prójimo? ¿O en cambio está aprisionada en el círculo asfixiante del egoísmo?".

"No se llega a la verdad del ser humano solamente con los medios que ofrece la ciencia" , subrayó Juan Pablo II, sino también "gracias a la mirada llena de amor de Cristo. Y El, el Señor, nos sale al encuentro en el misterio de la Eucaristía. Por tanto, no dejáis nunca de buscarlo y descubriréis en sus ojos un reflejo atrayente de la bondad y de la belleza que El mismo ha puesto en vuestros corazones con el don de su Espíritu".