Dentro del calendario litúrgico hay fiestas fijas como Navidad, Epifanía, fiestas de santos o de la Virgen y fiestas móviles. Dentro de estas últimas, la Pascua de Resurrección es la principal. Se celebra el domingo posterior al primer plenilunio del equinoccio de otoño (en el hemisferio sur) o bien del equinoccio de primavera (en el hemisferio norte), y en relación a ella se fijan las demás.
El año litúrgico se inicia con el tiempo de Adviento, que comienza el domingo siguiente a la fiesta de Cristo Rey. Dura cuatro domingos y es preparación para el nacimiento del Hijo de Dios.
El tiempo de Navidad se extiende desde el 25 de diciembre, fiesta del nacimiento de Jesús en Belén, hasta el 6 de enero, fiesta de la Epifanía del Señor.
Le sigue el primer período del tiempo ordinario que comienza el 7 de enero y dura hasta el martes anterior al Miércoles de Ceniza (popularmente conocido como martes de Carnaval).
La Cuaresma, que es un tiempo de penitencia, se inicia con el miércoles de Ceniza y comprende seis domingos con sus correspondientes semanas.
El tiempo de Semana Santa comienza con el Domingo de Ramos y termina el sábado anterior a la Pascua de Resurrección. Son los días en que se conmemora la Pasión y Muerte de Jesús en la Cruz.
La Pascua comienza el domingo de Resurrección. Comprende siete semanas y finaliza con el domingo de Pentecostés.
El tiempo ordinario se reanuda al día siguiente de la fiesta de Pentecostés y dura hasta el sábado siguiente a la fiesta de Cristo Rey, culminando el año litúrgico.