Una tarjeta de crédito

Perdí la tarjeta de crédito y, después de buscar por todas partes, decidí encomendárselo a san Josemaría.

Photo: Oliur, Unsplash (CC)

El Padre, como le llamamos muchos con cariño, nos ha hecho muchos favores a nuestra familia. Hace tiempo que le pedí al Padre un favor y le prometí que lo escribiría. Soy profesor universitario en la ciudad de Trujillo, Perú, y enseño algunos fines de semana en el posgrado.

Un sábado se extravió la tarjeta de crédito familiar en la universidad y no me di cuenta hasta dos días después. Recorrí - rezando la estampa de san Josemaría - los lugares donde había estado y sólo quedaba por verificar el servicio higiénico de profesores del tercer piso. Abrí la puerta y busqué por todos lados, pero no encontré nada.

Miré nuevamente hacia el piso del servicio y ¡allí estaba mi tarjeta!

Muy desanimado pedí su ayuda y me dije que haría una última revisión. Miré nuevamente hacia el piso del servicio y ¡allí estaba mi tarjeta! Pregunté al personal si habían limpiado el baño y me dijeron que sí pero que no habían visto nada. Estoy muy agradecido al Padre por este pequeño favor que nos dio una gran alegría a toda mi familia.

Perú


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