Una novena en familia a Isidoro

Para rezar por la intercesión del Venerable Isidoro, lo primero era contarle a mi familia quién era él: un argentino Ingeniero en Ferrocarriles, que vivió junto a san Josemaría y se encargaba de los arreglos de las máquinas en su casa, quien ahora está en camino a la santidad.

Somos siete los confinados en casa. Mi marido y yo —que ahora trabajamos desde casa—, y cinco hijos, de los cuales cuatro llevan sus tareas y clases de modo digital.

Para ello hay un par de celulares, algunos más viejitos que otros, una tablet y la mejor, una computadora portátil, porque tiene todos los programas y sistemas necesarios de nuestras labores.

Los aparatos los usamos por turnos, así nos vamos arreglando día a día. Pero fue ayer cuando se le derramó el mate a uno de mis hijos sobre la apreciada computadora, más precisamente sobre su teclado. En ese mismo instante la notebook dejó de funcionar. Al reiniciarla la pantalla ya no volvió a proyectar. Caos. Desesperación. Cada uno pensaba qué iba a hacer ahora para afrontarse a sus próximas obligaciones.

Los alenté a que le hiciésemos juntos una novena y así fue que comenzamos

Entonces se me ocurrió contarles sobre Isidoro Zorzano: un argentino Ingeniero en Ferrocarriles, que vivió junto a san Josemaría y se encargaba de los arreglos de las máquinas en su casa, quien ahora está en camino a la santidad. Los alenté a que le hiciésemos juntos una novena y así fue que comenzamos los que estabamos allí. Al final, estabamos todos en familia recitando la oración. Al llegar a la novena estampa, nos animamos a rezar una décima agradeciendo a Isidoro el favor (gesto que aprendimos de la Madre Teresa de Calcuta).

Nadie se animaba a encender la computadora, pero lo hicimos, y ¡oh sorpresa! no arrancó.

La apagamos nuevamente y a algunos se les apagó también el ánimo, pero alguien sugirió que debíamos poner lo que estaba de nuestra parte y Dios pondría el resto. Solo se nos ocurrió derramar arroz sobre el teclado, colocar ahí una estampa y confiar. Nos fuimos a dormir y a la mañana siguiente, gran alegría y agradecimiento: la computadora arrancó.

Gracias, Isidoro.

V. I. - Argentina


También puede comunicar la gracia que se le ha concedido mediante correo postal a la Oficina de las causas de los santos de la prelatura del Opus Dei (Calle Diego de León, 14, 28006 Madrid, España) o a través del correo electrónico ocs.es@opusdei.org​.

Clic aquí para hacer un donativo. En alternativa puede enviar una aportación por transferencia a la cuenta bancaria de la Asociación de Cooperadores del Opus Dei con IBAN número ES53 2100 1547 7502 0024 4065 y BIC, CAIXESBBXXX en La Caixa (agencia urbana de la calle Cartagena, 4, 28028 Madrid, España).