"No dejemos solos a los perseguidos en Irak, Siria, Nigeria y otros lugares"
En su carta pastoral del 1 de septiembre, Mons. Javier Echevarría pide a los fieles de la Prelatura: "No dejemos solos a los hombres y mujeres que sufren o son perseguidos a causa de su fe en diversas partes del mundo".
Todo es grande si se hace con amor
Mons. Álvaro del Portillo recuerda la importancia de la lucha en cosas pequeñas para amar a Dios.
Carta del Prelado (septiembre 2014)
Mons. Javier Echevarría sugiere aprovechar las fiestas marianas del mes de septiembre para seguir preparando la beatificación de don Álvaro. Al primer sucesor de san Josemaría podemos pedirle que interceda por quienes padecen persecución a causa de su fe en varias partes del mundo.
El secreto de los santos
¿Qué tienen en común los santos? Álvaro del Portillo habla del poder de la oración, de Jesucristo y la Virgen María en este vídeo que ha sido editado para la exposición "Un Santo en Datos".
Un maestro y un auditor, nuevos sacerdotes
Monseñor Javier Echevarría pidió durante la homilía oraciones por la paz en el mundo y por el Papa.
Álvaro del Portillo en la Escuela de Ingenieros de Caminos
Entre el 15 y el 30 de septiembre la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid ofrece una exposición sobre Álvaro de Portillo, estudiante de esta Escuela entre los años 1934 y 1941.
"Abramos los ojos a la pobreza que nos rodea"
El Prelado del Opus Dei ha participado en el Meeting de Rimini (Italia), un festival de encuentros culturales, exposiciones y conciertos, promovido en sus inicios por Luigi Giussani, fundador del Movimiento Comunión y Liberación.
“Don Álvaro te miraba con ojos de piedad”
Soy Eulalia Sánchez Taramona de Oré, más conocida como “Lala”, nacida en Perú y Cooperadora de la Obra. Tengo un pequeño comercio en Cañete, Perú.
"Mis oraciones a don Álvaro fueron escuchadas"
Me llamo Kristýna Zechovská, tengo 21 años, soy de Chequia y estudio odontología en Praga.
Cristo en la cumbre de las actividades humanas
A esto hemos sido llamados los cristianos, ésa es nuestra tarea apostólica y el afán que nos debe comer el alma: lograr que sea realidad el reino de Cristo, que no haya más odios ni más crueldades, que extendamos en la tierra el bálsamo fuerte y pacífico del amor.