Ediciones Rialp. Cartas II (Edición crítico-histórica)
Con éste son ya diez los volúmenes de la colección de obras completas de san Josemaría que han visto la luz. La colección, un proyecto del Istituto Storico San Josemaría Escrivá, que tiene su sede en Roma, está siendo publicada por Ediciones Rialp.
Luis Cano, editor de este segundo tomo de cartas y de otros volúmenes de la colección, es secretario del Istituto Storico San Josemaría Escrivá (Italia) y miembro de la comisión coordinadora de la colección de obras completas. En esta entrevista responde a algunas preguntas sobre este nuevo libro.
¿Qué extensión tienen estas cartas y por qué son relevantes?
En conjunto, las cuatro Cartas ocupan 168 páginas en la edición crítica: son algo más breves que las del volumen anterior; la más corta tiene 27 páginas y 54 la más larga. A mi modo de ver, su mayor interés radica en que contienen la visión madura y, por decir así, acabada, que san Josemaría tenía del carisma que recibió en 1928.
Son, por tanto, escritos de enorme valor para conocer ese carisma y su específica propuesta eclesial. Pero pienso que su lectura puede interesar también a personas que no conocen el Opus Dei, porque trata temas que pueden ayudar a seguir a Jesucristo en el mundo actual, siguiendo caminos muy distintos
¿Qué temas toca cada una de ellas?
Dos textos están dedicados a un tema de gran importancia y actualidad: los jóvenes. El primero –la Carta número 5 en esta edición–, se centra en la educación cristiana de la juventud. Pienso que quien trabaje en el mundo de la enseñanza encontrará páginas inspiradoras. Pone como ideales de esta tarea «ordenar toda la cultura a la salvación, iluminar todo conocimiento humano con la fe, formar cristianos llenos de optimismo y de empuje capaces de vivir en el mundo su aventura divina» (Carta n.º 5, 6).
La Carta n.º 7, en cambio, afronta las líneas maestras del apostolado del Opus Dei con los jóvenes: ayudarles a formar su personalidad y a ser libres, proporcionarles un buen conocimiento de la doctrina cristiana y moverles a tener en la vida una actitud de servicio, tanto a Dios como a los demás, y por encima de todo esto tener intimidad con Cristo. Creo que el contenido de esta Carta se podría resumir en la siguiente exhortación: «Haced de modo que, en su primera juventud o en plena adolescencia, se sientan removidos por un ideal: que busquen a Cristo, que encuentren a Cristo, que traten a Cristo, que sigan a Cristo, que amen a Cristo, que permanezcan con Cristo» (Carta n.º 7, § 12).
La Carta n.º 6 es como un resumen del entero carisma del Opus Dei. Por lo tanto, trata de numerosos temas. Una de las claves que proporciona, a mi juicio, es que ese espíritu, ese don específico que Dios ha dado a su Iglesia, lleva a realizar algo que parece incompatible: tener un gran amor al mundo y al mismo tiempo, inseparablemente, buscar un intenso trato con Dios. Como él dice, se trata de vivir «participando en todas las tareas, en todas las actividades nobles de los hombres», cultivando una «sencilla contemplación filial, en un constante diálogo con Dios» (Carta n.º 6, §§ 9 y 15), para así «poner todas las cosas a los pies del Señor, levantado sobre la Cruz» (Carta n.º 6, § 12).
Otra clave es que en el Opus Dei hay una «unión íntima y total entre la labor profesional y la labor apostólica» (Carta n.º 6, § 42). En este campo, su misión es «recoger con juventud el tesoro del Evangelio, para hacerlo llegar a todos los rincones de la tierra» (Carta n.º 6, § 31).
La última Carta del volumen es la nº. 8. En ella explica la vida cristiana en clave de servicio, en un ejercicio consciente de libertad. En otras palabras, intenta dar luz sobre la aparente paradoja de que se es libre cuando se decide servir: «la legítima libertad de los hombres –así comienza este escrito–, si son verdaderamente honestos, con la ayuda divina, les lleva al deseo de servir a Dios y a sus criaturas» (Carta n.º 8, § 1).
¿Hay algún motivo por el que san Josemaría prefiriera exponer el espíritu del Opus Dei por medio de cartas a los miembros y no, por ejemplo, por medio de un tratado o un ensayo descriptivo?
Sí, deseaba que estos escritos fueran conversaciones llenas de confianza, en las que el fundador habla muy libremente con los lectores, relatando sucesos de su vida, aportando reflexiones, haciéndoles partícipes de las luces que él mismo había recibido en su trato con Dios. A veces aflora su vigorosa personalidad, por ejemplo, cuando critica el clericalismo, o su buen humor; y tiene también frases que tocan el corazón y mueven a saberse amados por Dios.
Como fundador, Josemaría Escrivá es un testigo del Evangelio, una persona enamorada de Jesús, que usa un lenguaje comprensible y que comparte lo que él ya ha experimentado.
La colección de obras completas empezó a publicarse hace una veintena de años.
¿Cuántos volúmenes y cuántos años faltan, aproximadamente, para su terminación?
No sabría decirlo, pero bastantes. Solo de las Cartas se puede hablar quizá de otros diez volúmenes. Después existen otros muchos escritos como su epistolario, o fragmentos de su predicación, más o menos completos, que suman millares de páginas. Estamos trabajando intensamente, pero hay tarea para treinta o cuarenta años, a mi entender.