Encerrados en Quebec, pero unidos a Roma

El invierno estaba llegando a su fin cuando COVID-19 llegó a Quebec. Pronto, los asiduos a la Misa diaria nos dimos cuenta de que ahora no nos sería posible ir a la iglesia...

Así me preparaba para participar en la misa desde mi casa.

Tras comprobar que ya no me sería posible participar en la Misa diaria en la iglesia, descubrí que sí podía hacerlo online y además hacerlo en la que celebraba el Santo Padre. Este descubrimiento lo compartí con amigos y familiares y tuvo un gran recibimiento.

A mí esta situación de la pandemia y sus consecuencias me daban bastante pena. No poder ir a Misa a la iglesia, ver a tantos sufrir, conocer situaciones difíciles… Sin embargo, jamás hubiera pensado que detrás de esto surgiera una oportunidad para sugerir a amigos y familiares posibilidades para seguir fortaleciendo su fe.

Una noticia que se difunde y tiene muy buena acogida

Es hermoso ver el bien que hacen los medios de comunicación

Una de esas oportunidades fue la de difundir la participación en la Misa online y poder así escuchar las homilías del Santo Padre. Todo esto fue gracias a que Salt & Light Television -una cadena de televisión católica- facilitó esta posibilidad. ¿Quién hubiera pensado que una pandemia podría presentar una oportunidad para acercar a mis amigos al Señor?

En ocasiones, algunas llamadas telefónicas me llegaban mientras asistía a la Misa online. Una vez finalizada la celebración eucarística llamaba a la persona que había intentado ponerse en contacto conmigo y muchas veces le hacía saber la razón por la que no le había podido responder. Muchos de ellos manifestaron su sorpresa, especialmente porque no sabían que existía esa posibilidad. Después, bastantes me dijeron que habían empezado a seguirla ellos también y a difundir entre sus conocidos esta posibilidad. Y así es como el grupo de fieles de la Misa papal en Quebec ha ido creciendo gradualmente.

Es hermoso ver el bien que los medios de comunicación hacen tantas veces. Hay quienes gracias a ellos retoman su fe. Algunos amigos y familiares me han dicho que poder asistir a diario a la Misa, aunque sea online, ha supuesto un redescubrir el amor que Dios les tiene.