Vigilia pascual 2018: homilía del Prelado
La noticia de la resurrección de Jesús nos ofrece una nueva luz para nuestras vidas, dijo el prelado del Opus Dei en su homilía de la Vigilia pascual.
Viernes santo 2018: homilía del Prelado
Mons. Ocáriz ha dicho en su predicación que “la Crucifixión nos revela que ahí donde parece haber solo debilidad, ahí Dios manifiesta su poder sin límites”.
Jueves santo 2018: homilía del Prelado
“Si abrimos bien los ojos, agudizamos nuestro oído y, sobre todo, disponemos nuestro corazón, descubriremos en estos días cómo Jesús también a nosotros nos ama hasta el fin”, ha dicho Mons. Fernando Ocáriz.
El UNIV celebra su 50 aniversario
Los jóvenes entregarán al Papa una colecta para destinarla a iniciativas sociales y un mosaico de la Virgen para los cristianos de Siria.
La Semana Santa con el Papa Francisco
«En toda época de la historia, el Pastor Resucitado no se cansa de buscarnos a nosotros, sus hermanos perdidos en los desiertos del mundo», dijo el Papa Francisco en el mensaje previo a la bendición 'Urbi et Orbi'.
El Prelado del Opus Dei, con los universitarios del UNIV 2017
Jennifer, de Perú, e Innocent, de Sudáfrica, preguntan al prelado del Opus Dei sobre la fe cristiana. Breve vídeo sobre los encuentros que Mons. Fernando Ocáriz ha mantenido con universitarios en Roma.
Homilía de Jueves Santo del Prelado (2017): “Nadie está excluido del amor de Jesús”
Palabras de Mons. Fernando Ocáriz en la misa in cena Domini, celebrada en la iglesia prelaticia de Santa María de la Paz (Roma), el 13 de abril de 2017.
Fotografías de la Semana Santa de 2017 en Roma (Encuentro UNIV)
Durante la Semana Santa se celebra en Roma el UNIV, un encuentro anual —que nació por impulso de san Josemaría— al que acuden universitarios de diversas naciones. Estas son algunas fotos.
Fotografías del UNIV 2017
Como otros años, durante la Semana Santa, estudiantes provenientes de más de 150 universidades de todo el mundo se reunirán en Roma para participar en el Encuentro UNIV.
Tema 10. La Pasión y Muerte en la Cruz
Jesús murió por nuestros pecados (cfr. Rm 4,25) para librarnos de ellos y rescatarnos para la vida divina.