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Formación de la personalidad (XI): El fruto maduro de la identidad: el sentido de la vida en el cristiano

Al inicio, durante y al final de la vida, nuestra identidad está siempre haciéndose. En este artículo, último de la serie sobre la formación de la personalidad en clave cristiana, se transparenta la meta de esta carrera: el descanso de nuestra frágil identidad en la de Dios.

Formación de la personalidad (X): Los demás y yo: versos del mismo poema

Tenemos una historia, una familia, un vecindario, una cultura... Cada uno de nosotros es hogar y puede por eso crear hogar allí donde va. El camino siempre abierto de la madurez de la personalidad pasa por vivir y concebir nuestra vida en función de los demás.

El tiempo de una presencia (XI): Como una gran sinfonía, los santos en el año litúrgico

En el concierto de la historia, cada santo toca un instrumento distinto. Nos asomamos a esta música celebrando su memoria a lo largo del año litúrgico.

El alma baila: cansancio y descanso (II)

Sentido común, buen humor y apertura a los demás: con esta clave se abordan, en esta segunda parte, algunos aspectos del descanso, tan necesario en nuestra vida como el trabajo.

'Sine sole sileo': cansancio y descanso (I)

En este editorial, en dos entregas, se abordan algunas cuestiones en torno a la fatiga y el descanso, que forman parte de nuestra vida de hijos de Dios.

Ejemplos de fe (VIII): Marta y María

La fe es abrir las puertas a Cristo, hospedarle en la propia casa, compartir la mesa con él, dejar que entre hasta lo más íntimo del alma. Así lo hizo la familia de Betania compuesta por Marta, María y Lázaro, de quienes se habla en este editorial.

El tiempo de una presencia (X): La música que viene de Dios, canto y música en la liturgia

La música ha tenido siempre un lugar central en la liturgia cristiana. Como el silencio, es un lenguaje que necesitamos para entrar en sintonía con la belleza de Dios, para descubrir su presencia. Caen las prisas, caen los cálculos, como siempre que se trata de amor: cantamos porque queremos tener tiempo para Dios.

La ternura de Dios (VIII): María, Madre de la misericordia

En el Magnificat, Santa María canta la misericordia, el amor alegre de Dios que viene a devolver la felicidad a un mundo entristecido. Ella es la primera Hija de la misericordia de Dios; y a la vez que Hija, es Madre del Dios de misericordia: por eso la llamamos Mater misericordiæ.

El tiempo de una presencia (IX): «Me llamarán bienaventurada», santa María en el año litúrgico

Santa María, Madre de Dios: el año inicia con la fiesta que indica el lugar especial de la Virgen en el misterio cristiano. A lo largo del año, la Iglesia recuerda a sus hijos la presencia maternal y discreta de María: junto a San José, Ella peregrina con nosotros a través de la historia.

¿Qué leer? (II): Quedarse con lo mejor

Segunda parte del editorial sobre el reto de leer. El diálogo con los libros y con los otros lectores potencia la experiencia de la lectura: descubre horizontes, ahorra desencantos, y optimiza nuestro tiempo para leer, que siempre es poco.