Ve y haz tú lo mismo (V): Hijos agradecidos
La relación con Dios, con el prójimo y con la tierra son las tres relaciones fundamentales del hombre que proponen los relatos de la creación del Génesis. Así, la Iglesia invita a los cristianos a modelar las realidades sociales y al cuidado de la creación y a promover el bien común.
Combate, cercanía, misión (2): «Se hace camino al andar»
Para un cristiano, el cielo está siempre a la vuelta de la esquina: la vida es, a la vez, viaje y destino.
La varilla de las gafas
Un sábado por la tarde, mi padre, de 87 años, se dio cuenta, de repente, de que había perdido una de las varillas de sus gafas.
Como un niño que balbucea
A la vuelta de cincuenta años, estoy como un niño que balbucea: estoy comenzando, recomenzando, como en mi lucha interior de cada jornada. Y así, hasta el final de los días que me queden: siempre recomenzando.
Evangelio del viernes: Dios confía en nosotros
Comentario al Evangelio del viernes de la 2.ª semana de Cuaresma. “Cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió a sus siervos a los labradores para recibir sus frutos”. Dios nos ha dado la capacidad de dar unos frutos maravillosos. El tiempo del fruto lo marca la generosidad del amor.
Evangelio del miércoles: recordar para agradecer
Comentario al Evangelio del miércoles del 24° semana del tiempo ordinario. “Hemos tocado para vosotros la flauta y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones y no habéis llorado”. Jesús nos necesita con un corazón sencillo y agradecido. Una manera de ser agradecidos es hacer memoria de las cosas buenas que nos da Dios en el día a día y a lo largo de nuestra vida.
Evangelio del jueves: dejarse vencer por Dios
Comentario al Evangelio del jueves de la 3.ª semana de Cuaresma. “Y cuando salió el demonio, habló el mudo y la multitud se quedó admirada”. Cristo es la fuerza que todo lo puede. Pero no puede hacer nada si somos desagradecidos. Es preciso que nos dejemos vencer por el amor de Dios.
Evangelio del viernes: Eucaristía, alimento de vida eterna
Comentario al Evangelio del viernes de la 3.ª semana de Pascua. "El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna". La Eucaristía nos recuerda nuestra indigencia y, al mismo tiempo, el amor de un Dios que nos llama a una vida que no pasa.